De un momento para otro la sala comenzó a llenarse de humo, Hope tenía razón huele muy bien, es una fragancia un tanto embriagadora como un perfume de feromonas.
Al poco tiempo todo comienza a distorsionarse ante mis ojos, me siento cada vez más agitada, llena de energía. La cabeza se me nubla impidiéndome pensar con normalidad, el corazón me va a mil y me invaden unas enormes ganas de hablar con todo el mundo, quiero socializar.
Sin decir nada me voy, este cuerpo serrano está pidiendo marcha y se la voy a dar ¿Quién soy yo para impedírselo?
Escucho a Noah preguntarme algo, pero paso de él y me uno a la aglomeración de gente.
I know you want me de Pitbull suena a todo volumen, esta canción motiva a cualquiera, veo que muchos la están cantando a pleno pulmón al igual que yo.
—One, two, three, four, uno, dos, tres, cuatro, i know you want me, you know I want ya...— Grito dejándome la voz.
Siento que alguien me agarra de la cintura pegándose a mi espalda, su respiración tibia choca contra la parte derecha de mi cuello, por raro que parezca no me tenso, aunque debería, pero no puedo, estoy demasiado relajada y excitada a la vez ¿Qué es lo que me pasa?.
Me giro quedado cara a cara, mirándolo detalladamente y dándome igual si piensa que soy una descarada.
No lo puedo evitar, esa piel morena que hace resaltar unos preciosos ojos verdes que me miran con deseo, su cuerpo musculoso y esas manos que siguen agarrando mi cintura con firmeza.
Se da un aire a Michele Morrone ¡Este tío está jodidamente bueno!
—Dalia es hora de irnos— Informa Noah a mis espaldas ¿Me han seguido?
—Ella se queda conmigo— Contesta el chico cuyo nombre aún no sé.
—No creo que sea buena idea...— Comenta— No ves que va cieguísima.
¿Ciega yo? Si no he consumido nada que no sea alcohol, no entiendo nada.
—Yo la veo muy cómoda— Me mira— ¿Verdad preciosa?— Asiento.
—Dalia así no ayudas— Habla Dylan entre dientes— Venga tío, déjala en paz.
—Largaros de una puta vez— Me suelta la cintura y se acerca a ellos amenazadoramente- Ya me estáis tocando los huevos ¿Tengo que meteros la paliza de vuestra vida para que lo entendáis?.
—Drako— Pronuncia una imponente voz que me hace temblar. El chico se gira, supongo que así se llama— Déjalos— Ordena.
Si no le miro, no es real.
—Hades no me seas aguafiestas— Sonríe vacilón— Solo me estaba divirtiendo.
—Me suda la polla lo que estabas haciendo— Escupe cabreado— Déjalos en paz ¿O necesitas tú la paliza para entenderlo?
He de aclarar que la gente de nuestro alrededor no se está perdiendo detalle, algo que es muy normal.
La música tampoco es que ayude mucho porque está tan alta que tienes que alzar la voz más de lo normal.
Drako resignado se acerca a mí de nuevo y me agarra del brazo de mala leche, haciéndome un poco de daño.
—Nos vamos— Estira de mí.
—Suéltala— Demanda Hades— Ella no.
—¿Qué más te da tío?— Se queja— Ni la conoces.
—Es mía — Responde serio— Como no la sueltes ahora mismo te piso la cabeza, sabes que no ando con tonterías.
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El peligro que conllevas
Teen FictionRecuerda que de todo lo malo se puede sacar algo bueno y a veces las cosas no siempre son lo que parecen, ni terminan como uno desea, pero todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido y cuando menos te lo esperas, aparece e...