Capítulo 15

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Todo va sobre ruedas, las tiendas montadas, la barbacoa lista para ser usada, picoteo sobre una pequeña mesa desmontable y alrededor de ella unas hamacas.

Hace un ratito abrimos una botella de ginebra y ya te puedes imaginar en qué punto estamos, solo llevo dos cubatas, pero siento que el alcohol está haciendo efecto en mi sistema.

He intentado hablar con Hades unas doscientas veces para que me diga ya de una puñetera vez aquello que me tiene que contar, pero el muy gilipollas no me dirige la palabra y a los demás sí. Supongo que será por lo de ¡CIERRA LA PUTA BOCA! Al parecer se lo ha tomado muy a pecho, pero una cosa tengo clarísimo y es que no me lo dirá ahora, ni dentro de un par de horas, pero acabarás cediendo Hades.

Sobre el pequeño encuentro que he tenido con James hace un ratito, no tengo nada que objetar salvo que me ha pedido perdón por lo que he hecho la vista gorda, al menos esta vez, ya que él no suele ser así o al menos antes y a todos se nos nubla la cabeza alguna vez, impidiendo que actuemos con dos dedos de frente.

Aburridos decidimos jugar a verdadero o falso, el juego consiste en escribir en varios papeles palabras random. Cuando llegue tu turno debes elegir un papel, tirar un dado, es muy importante que los demás no vean lo que te ha tocado y si el número es par debes contar una historia real que te haya pasado con la palabra escrita en el papel y si es impar te inventas una historia. Beben si se equivocan y si aciertan bebes tú, un chupito por cada persona que acierte.

Todos estamos más contentos de la cuenta por lo que seguro las palabras serán muy, pero que muy raras, esto va a ser divertido.

Hay algo que no entiendo. Tal vez me vas a llamar loca obsesionada, pero no le he quitado ojo a Hades. Le veo beber e inexplicablemente el tío está sobrio, al menos aparentemente ¿Es muy raro verdad? ¿Quién puede beber alcohol y a la vez verse así? Un momento... ¿Alguien le ha visto echarse ginebra? Porque yo no.

—¡Empecemos!— Grita eufórico Noah, el chico que intentó ligar con Trevor en el Burger.

Sentados al rededor de la mesa comenzamos a jugar, a mi derecha tengo a Dylan, a la izquierda Sean y en frente, como no, a Hades ¿Wtf? ¿No tenía otro sitio? Pregunto. Entre todos decidimos que debería empezar Elena por ser la más pequeña, ella y yo solo nos llevamos un día.

Hace todo lo que he descrito anteriormente y comienza a hablar.

—Una tarde de primavera en la que el viento soplaba fuerte, sentí impactar algo contra mi espalda y no preguntéis como, pero creí que era un saltamontes. Intentado no entrar en pánico me acerqué al primer grupo de personas que vi y entre agonías le pregunté que si podían quitarme el saltamontes de la espalda ¿Y adivinad? No tenía nada— Termina de narrar.

Su cara se mantiene impasible y no recuerdo que me contará algo así. Todos menos Trevor votamos por falso ¿Será que si es cierto? Y si es así, vaya memoria pez que tengo. Después de unos segundos de suspense decide que es el momento de iluminarnos.

—Es verdad— Aclara— A beber todos cabrones— Se echa a reír.

—Si, pero tú también que he acertado— Replica Trevor— Y para no hacerlo— Se echa a reír— Le fuiste a preguntar al grupo de mi primo, creo que ahí fue cuando comenzaste a llamarle la atención por payasa— Rompe a carcajadas y nos la contagió a todos.

—¡¡TREVOR!!— Reprocha tirándole una aceituna del picoteo de la mesa— Me la pagarás.

—¿Cuál era la palabra?— Pregunta Hope.

—Saltamontes— Le responde Elena.

Tras tres rondas en las que por cierto he perdido porque desde siempre se me ha dado mal este juego. Ahora es el turno de Hades que sorprendentemente no está siendo un antisocial.

El peligro que conllevas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora