Capítulo 5

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Si alguien es tan amable de explicarme el porqué de organizar una fiesta en mitad de la nada se lo agradecería, lo digo muy en serio, porque no le veo sentido alguno.

¡Es una putísima mierda! Ya hablando mal.

Llevamos más de media hora buscándola, no se ve ni un alma, tampoco se escucha música y aún menos voces. Estoy harta de caminar, me duelen los pies, quiero irme a casa y para colmo me estoy meando.

*Anda que no tienes campo para hacer pis*

Ruedo mentalmente los ojos ante el comentario de mi subconsciente, qué razón no le falta, pero justo ahora no me apetece dársela.

Sí, soy consciente de que hablo conmigo misma, pero ¿Quién no lo hace? Eh ¿Quién? No digas que tú porque estarías mintiendo y además una vez leí que cuanto más loco crees que estás más cuerdo eres en realidad.

Amigos míos, yo eso, me lo creo.

—Esto debe de ser una puta broma... ¡Solo hay campo!— Digo alterada.

—¿Puedes tranquilizarte?— Pide Elena.

—No, no puedo— Replico— Os dije que era mala idea, pero como nunca me hacéis caso.

—¿Qué nunca te hacemos caso?— Pregunta Trevor atónito— Anda y vete a chuparla.

—Parad— Pide Elena, pero pasamos de ella.

—Vete tú a chuparla, a ver si te atragantas— Contraataco.

—Mmm qué rico un diez— Me guiña un ojo burlón.

—¡¡QUE OS CALLÉIS COÑO!!— Grita Elena provocando que nos callamos de golpe— Creo que escucho algo.

—Pues yo no— Me cruzo de brazos— Y me estoy haciendo pis.

—Tía puedes mear detrás de ese matorral— Suspira cansada— No me seas cría.

Ruedo los ojos y sin rechistar voy hasta el matorral, no me aguanto más.

—¿Tenéis pañuelos?— Pregunto tras hacer pis. Ambos me dicen que no— ¿¡Entonces con que me limpio!?.

—No te limpies— Responde Trevor con indiferencia.

—Eso es de cerdas— Lloriqueo.

—Pues lo que eres— Se echa a reír.

—Te estás ganando una ostia a pulso— Advierto.

Tras subirme los pantalones decidimos ir por donde según Elena había sentido a gente vitorear, caminamos por un pequeño carril de tierra en mitad del campo con las linternas del móvil, no me quiero ni imaginar la cantidad de insectos que debe de haber.

El camino termina cerca de un túnel subterráneo hecho de hormigón del cual se sentía música aunque no muy alta. Esto no me gusta, pero ya que hemos llegado hasta aquí no nos vamos a echar para atrás ¿Qué es lo peor que puede pasar?.

*¿Voy enumerando?*

Mejor cállate

Todo está oscuro, no se ve nada, la única iluminación que tenemos es las de las linternas del móvil, si esto fuera una película de terror ya estaríamos huyendo de una niña diabólica que quiere matarnos, a mí me pillaría la primera porque a torpe no me gana nadie y mis queridos amigos me dejarían ahí tirada para salvarse, luego poseída por la niña, los atormentaría por el resto de sus tristes vidas.

El peligro que conllevas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora