Epílogo

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Han pasado ya seis años desde la última vez que vi al Principito. Fue realmente duro afrontar la realidad los primeros meses, el suicidio fue una amenaza real. Recuerdo que antes de desgarrarme el cuello, observé en mi muñeca aquel tatuaje de una estrella. 

- Él realmente se pondrá muy triste si se entera que la causa de mi muerte fue mi propia mano... - jamás volví a pensar en quitarme la vida.

Desde pequeño nunca aspiré grandes cosas. Una vida sencilla siempre fue lo que me llamó. Mis delirios de grandeza se fueron con mi mamá, y las pocas ganas de triunfar se fueron con Sandy. Así como vine al mundo me iría: en un suspiro. Y en realidad no me molesta, estoy seguro que Príncipe me maldice desde su estrella... jaja, si supiera que solo por él sigo vivo.

Los señores Mamluk me tomaron cariño al ser lo más cercano a su hijo. Me ayudaron a construir una casa en el mismo bosque donde nací, donde la población era mínima, pero la suficiente para no sentirme aislado.

La noche es la única parte del día que disfruto. Mi horario de sueño se alteró tanto, yo vivo de madrugada. Observo las estrellas esas siete horas de oscuridad absoluta, sonrío cada que tintinean y juro que puedo escuchar su risa. Juro que puedo ver esa sonrisa. Cada que sonrío al cielo, sé que él también me sonríe, como era su costumbre cada madrugada. Duermo por el día, al menos eso intento. 

Ya lleva un sexenio ocurriendo, recuerdo que la primera noche que pasó, pensé que era un placebo que había creado mi mente para curar su ausencia. Pero desde hace un tiempo dejé de querer darle una explicación, dejé de querer convencerme que era un sueño:

Cada que voy a dormir, vuelvo a ver esos tiernos ojos rosas - ¿Cómo estás, cariño? - me visita en sueños. Me cuenta cómo Zorro olisquea a las flores que se empeña en cuidar, me menciona emocionado cuando surge una flor distinta a las demás, el cómo puede ver las puestas de sol que quiera porque basta con dar unos pasos para recorrer la mitad de su planeta.

- Un día, cuando sea adecuado, vivirás conmigo, aquí en mi estrella.

- ¿No es muy pequeña para los dos?.

- A mi me gusta que sea así, significa que nunca volveremos a estar lejos.

Y es suficiente para levantarme con energías de vivir un día más. 

××   ××

- Sandy... 

- Dime.

- ¿Cómo sé que esto es real?, ¿Cómo sé que en realidad no es un sueño? - las lágrimas se hicieron de esperar - ¿Cómo sé que te volveré a ver? -

Sentí su mano en mi mejilla, limpiando las lágrimas que las recorrían - Me respondiste una vez una pregunta similar, pero la respuesta es la misma: Uno se hace cargo de lo que domesticó para siempre, fue el tiempo que pasé contigo lo que te hizo tan importante... Tuve que elegir entre el mundo y el amor: si elegía al mundo, perdía al amor; pero si elegía al amor, con el conquistaría al mundo. Qué mejor forma de conquistar al mundo que ver sus ojos cada noche -

××   ××

Ahora, cada que miro el manto nocturno, veo que las estrellas se iluminan con el fin que algún día, cada uno pueda encontrar la suya. 

Yo hallé la mía: el asteroide B - 612. El tatuaje de mi muñeca me lo recuerda. 

El Principito [ Leondy ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora