El Cumpleaños De Los Mellizos

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A medida que se acercaba el soleado 16 de abril se notaba mucho más lo diferentes que eran las personalidades de los mellizos: un León contando cada segundo y día que faltaba para el evento, y una Nita algo muy indiferente, ignorando que estaban a tan solo dos días del ansiado cumpleaños número 17.

Sandy estaba al tanto de la fecha, hablar a diario con León le había contagiado la emoción, por lo que decidió probar suerte y pedir permiso a sus padres de ir al centro de la ciudad a comprar un regalo para quien robaba sus suspiros.

- ¿Solo irás al Centro? - cuestionó Tara, haciendo un enorme esfuerzo por no sonar quisquilloza.

- Bueno, planeaba que sí no encontraba nada en el Centro podría ir a Arcade o a La Mina a buscar algo más...

- Bawalala - le sonrió cariñoso, Sandy asintiendo de inmediato.

- ¡Sí!, volveré para cenar.

- Está bien, ve con cuidado - la alegría en el rostro del menor fue suficiente consuelo para Tara, siguiéndolo con la mirada hasta que salió de la sala y se escuchó el eco de la puerta principal siendo cerrada. Estaba haciendo un buen trabajo al soltarlo de poco en poco. Genio le felicitó su esfuerzo con un tierno beso en la mejilla.

¿Qué sería un buen regalo para León?. Esa pregunta rondaba por su cabeza desde que comenzó el mes de abril. Había pensando en también regalarle algo a Nita, al fin y al cabo era cumpleaños de ambos, y también ya le había pedido consejos al heterocromático al respecto.

××   ××

- Regalale cosas de osos. Lo que es de Bruce es de Nita.

- ¿Y qué se le regala a un oso?.

- Salmones, cepillos, ¡oh!, a Nita le gustan mucho los vestidos y su color favorito es el rojo. De nada - le giñó un ojo algo coqueto.

××  ××

La tienda de ropa era su primer destino. No solía ir mucho al Centro, por lo que siempre era un deleite mirar su alrededor una vez llegó: cabellos de todos los colores, ropa extravagante y característica de cada barrio, personas, plantas, robots y animales antropomórficos, incluso algún que otro zombi o vampiro conviviendo con total libertad y cotidianidad. 

Llegó a la tienda de ropa propiedad del Cementerio. Era la más popular y la que tenía mercancía más variada, pues no era solo específica de algún barrio, ni siquiera el lúgubre estilo del Cementerio predominaba. Era atendida por la sobrina del alcalde del terrorífico distrito, quien se consideraba la estrella de la moda. Al entrar a la gran tienda, se dirigió a la sección de mujeres, quedándose en blanco por un momento: ¿Qué talla era Nita?. Sabía que era más bajita que León, tal vez con una estatura de 1.65 m, pero la ropa que usaba no le dejaba definir bien alguna talla. De todas formas resumiría todo en un chico o mediano. 

Se encontraba viendo un vestido rosa cuando una sonora voz se escuchó detrás de él - ¡Ese color va muy bien con tu tono de piel! - exaltado, se dio la vuelta, encontrándose con una chica de pelo casi tan morado como el propio, pero con una lila piel: La famosa Emz le dijo... que se le vería bien ese vestido?.

- ¿Mande?.

- Oh, ¿A caso te emociona verme? - la chica sonrió vanidosa.

- Bueno, en realidad...

- Vamos, guapo ¿podrías hacer esto? - y seguidamente, comenzó a juntar sus manos repetidas veces: aplaudiendo. El ojirosa la imitó, formándose una sonrisa de afilados pero estéticos dientes en el rostro ajeno - Oh, me admiras mucho ¿verdad? -

El Principito [ Leondy ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora