El timbre sonó con insistencia, Monoma se limpió rápidamente las lágrimas y caminó hacia la puerta, para después abrirla con lentitud.
—Ah.. son ustedes— dijo con una voz ronca —¿Qué quieren?
—¿Podemos ver a Kacchan?— preguntó el peli verde con una voz temblorosa, una voz que reflejaba horas de llanto
—Pasen, pero si Katsuki no quiere verlos porfavor váyanse— dijo dejando pasar a Izuku, Kirishima, Denki, Mina y Sero
El bakusquad subió las escaleras de inmediato con dirección a la habitación del cenizo, mientras que Midoriya pasó a la cocina a dejar un recipiente con comida que su madre había hecho para Katsuki.
Izuku no dijo nada, solo observaba al rubio caminar de un lado a otro en la cocina mientras preparaba katsudon, que por la cantidad, seguramente solo para el.
—Gracias por... cuidar a Kacchan Monoma-San— dijo el peli verde
—Es mi novio— dijo seco —Y ella mi otra madre, no podía dejarlo solo— la voz de Neito tembló al pronunciar lo último, cosa que Midoriya notó, más no dijo nada
—Sabes yo...— comenzó a decir Monoma, captando la atención del peliverde —Esperaba demasiado de ella
Izuku hizo una mueva confusa, más siguió en silencio.
—Quería que estuviera ahí cuando pudiera la mano de Katsuki— dijo con una voz dolida —Quería que estuviera ahí cuando nos casaramos o... cuando adoptaramos un bebé— Neito comenzaba a quebrarse, cosa que Midoriya notó al insante —Y ahora ella... se fue... Y.... ¿Que se supone que voy a hacer? ¿Cómo... voy a cuidar de Katsuki sin ella..?
El silencio se apoderó del lugar, había lágrimas cayendo, recuerdos flotando, corazones quebrados... Y preguntas sin respuesta.
—La tía Mitsuki... hubiera querido que cuidaras a Kacchan— dijo con la voz quebrada
—Sinceramente... no sé como voy a hacerlo sin ella
Hubo un pequeño silencio nuevamente, hasta que el bakusquad bajó las escaleras con miradas decaídas.
—Nos pidió que nos fuéramos, dice que no quiere ver a nadie— habló la pelirosa con una voz triste
—¿Creen que pueda verlo?— preguntó Izuku a Neito, este negó con la cabeza
—Ahora hay que dejarlo descansar, podrías verlo mañana si el quiereMidoriya suspiró pesado y asintió, dirigiéndose a la puerta junto al Bakusquad.
—Cuida mucho a Kacchan, si necesita algo ya sabes donde encontrarme— dijo el peliverde
—Mhh, gracias— dicho esto, cerró la puerta, limpió sus lágrimas y regresó a servir el Katsudon.
Minutos después entró a la habitación de Katsuki con un plato, pero al ver que el cenizo se había quedado dormido prefirió ponerlo en el horno, así solo tendría que calentarlo. Neito no quería dejarlo solo, pero debía regresar a su casa, no había vuelto desde el día anterior y su madre debía estar preocupada.
Dejó una nota en la mesita de noche y depositó un pequeño beso en la frente de Katsuki, para después salir de la habitación, tomar sus cosas y emprender su camino a casa.
La tarde había terminado de caer, la luz ahora anaranjada se colaba por las cortinas, llegando justo al rostro del cenizo.
Katsuki abrió los ojos lentamente, dándose cuanta que estaba solo, seguramente su papá no había regresado aún, y Neito tampoco daba señales de estar en casa.Katsuki se sentó en la cama, y luego de dar un bostezo se inclinó hacia su mesa de noche, donde encontró un pequeño papelito verde doblado por la mitad
Lamento no poder quedarme Kat, pero tengo que volver a casa a avisar a mi madre todo lo que ha pasado, ya que no volví desde ayer en la madrugada.
Te dejé un plato de Katsudon en el horno, calientalo si te da hambre.
Vendré a verte mañana, come un poco ¿Si?
Y no olvides que te amo conejito.
NeitoKatsuki sonrió ligeramente, agradecía al cielo tener a su novio para apoyarlo, aunque quizás el también necesitará apoyo pronto. Después de todo, nadie puede ser fuerte para siempre.
Bajó las escaleras despacio, en dirección a la cocina, no tenía ganas de comer, pero su estómago le exigía al menos una manzana, así que buscó alguna en la nevera, que para su suerte no había ninguna.
No quería cocinar, y no estaba de humor para salir, así que no tuvo de otra más que calentar la comida que Monoma había dejado para el.
—¿Sabes mamá?— dijo mientras sacaba el plato del horno —Voy a extrañar tu comida
Tomó el plato y se dirigió a la mesa, se sentó y comenzó a comer en silencio.
—También tus gritos cuando uso mal los palillos— Katsuki continuó comiendo, mientras las lágrimas comenzaban a caer de nuevo.
—¿Porqué me dejaste solo mamá?—dijo poniendo los palillos a un lado, para limpiarse las lágrimas con brusquedad
—¿¡PORQUÉ!? ¿¡PORQUÉ!? ¡¿PORQUÉ!?— exclamó golpeando el cristal de la mesa
—¿¡CÓMO MIERDA HARÉ PARA VIVIR SIN TI!? ¿¡CÓMO!?— Katsuki perdió las fuerzas de repente, comenzando a llorar sin consuelo de nuevo
—¿C-como.....?— Sollozó, estaba tan metido en su burbuja que ni siquiera escuchó la puerta abrirse.
—¿Katsuki...?— el cenizo se volteó de golpe, encontrando a su padre de pie frente a la puerta.
El cenizo no dijo nada, solo se levantó y corrió a abrazar a su padre, como tanta falta me había hecho en las últimas horas.
—Katsuki....— dijo al sentir como las lagrimas de su hijo mojaban su ropa. Masaru sintió su alma partirse en dos, jamás había visto llorar a Katsuki de esa manera, y lo peor, es que su madre ya no estaba para consolarlo.
—Ya... está bien hijo..— Dijo mientras lo tomaba en sus brazos, jamás creyó que algún día tendría que consolar a su hijo por una pérdida así, y sinceramente hubiera querido jamás tener que hacerlo
—F-fue mi c-culpa... s-si tan s-solo hubiera ll-llegado antes— Katsuki murmuraba mientras apretaba con todas sus fuerzas el abrigo de su padre
Masaru comenzó a derramar lágrimas, también se sentía culpable, culpable de no haber estado con su esposa cuando el ataque sucedió, más el sabía que no fue culpa suya, no podía saber lo que iba a suceder.
Y escuchar a Katsuki culpandose por la muerte de su madre le destrozaba el corazón.
—Está bien Katsuki... no fue culpa tuya— dijo acariciando el cabello del oji rubí
Si bien aún no se completaba un día del fallecimiento de la señora Bakugo, ¿Cómo sería toda una vida por delante sin ella?
—Namji🍒