Te he echado de menos

1) Quiero el divorcio

-Quiero el divorcio, lo he pensado mucho y realmente quiero el divorcio- las palabras salieron con algo de temor pero sumamente firmes.

El otro seguía de espaldas, aún picaba las verduras para la comida que preparaba
- Si estás bromeando te aviso que es una broma de muy mal gusto- respondió aún sin mirarlo.

-No es una broma- dijo con más firmeza

Giró sobre su eje y quedó frente a su esposo, lo miró intentando buscar una sonrisa que confirmara la broma, pero no la encontró.
-¿Por qué?, solo dime por qué- preguntó aguantando el ahogo que sentía en su pecho.

-Yo... solo quiero volver a ser libre, no soy feliz contigo Jimin, hace mucho dejé de serlo-

Jimin lavó sus manos, intentó calmar sus nervios, volvió a mirarlo y entonces habló.
-Entiendo- replicó para luego salir de la cocina.

Miró a su alrededor, no podía creer lo que estaba sucediendo, Min Yoongi el gran amor de su vida no era feliz con él y quería dejarlo.

Yoongi lo siguió
-No lo hagas difícil por favor- soltó mirando la espalda de su esposo.

-No lo haré Yoongi, tranquilo, no puedo obligarte a que sientas lo que no sientes- dijo en un hilo de voz y subió a la habitación que compartían.

Yoongi volvió a seguirlo.
-No quiero que te vayas del departamento, esta es tu casa, yo solo debo esperar a que acondicionen mi departamento y me iré- soltó rascando su nuca, señal de los nervios que estaba sintiendo.

-¿Cuánto tiempo será?- Indagó sin mirarlo y con sus ojos cargados de lágrimas.

-Un mes, pero si te incomoda buscaré un lugar mientras tanto-

-También es tu casa Yoongi, puedes esperar aquí, yo no te molestaré- replicó y tomó un abrigo para salir de allí.

Yoongi lo vio cruzar la puerta, algo dentro de él se sentía incómodo, se sentía mal, quizás se había apresurado en la decisión que había tomado pero no daría marcha atrás. Quería empezar de nuevo, quería sentirse vivo otra vez.

Jimin condujo hasta el único lugar donde se sentía seguro, sus lágrimas corrían rebeldes sobre su rostro. Sentía su pecho arder y su corazón pendiente de un hilo. El amor de su vida se escurría entre sus manos, como la arena se escurre cuando intentas atraparla.

Estacionó frente a la casa que tanto conocía, tocó el timbre y entonces su llanto se hizo aún más intenso.
Las manos cálidas de su amigo lo recibieron en un apretado abrazo, lo acomodó en el sillón y esperó a que al fin su querido amigo hablara.

-Me pidió el divorcio- dijo limpiando su rostro y tomando un trago del agua que el otro le había dado.

-Maldito idiota- bufó exasperado.

-¿Qué hice mal Tae? Si solo lo amé durante estos siete años.

-Eso hiciste mal, amarlo sin medidas hasta el punto de olvidarte de ti- exclamó con furia.
-Mirate Jimin, ya no eres ese chico coqueto al que le gustaba verse bien, que se ponía ropa ajustada y dejaba ver ese tremendo cuerpo que te cargas, ya no te maquillas ni sales a pasarla bien. Has dejado todo por él al punto de verte para la mierda y solo respirar si él te deja algo de aire. Basta Minie, eres demasiado bueno, hermoso y talentoso como para quedarte bajo la sombra de cualquier hombre- dijo tomando las mejillas de su mejor amigo.

-Sé que hice mal las cosas, que quizás debí darle mas- susurró

-¿Darle más?, por Dios Jimin, si sigues diciendo idioteces te juro que te golpearé, le diste todo y más también ¿y de que te sirvió? El muy hijo de puta te pidió el divorcio sin una gota de remordimiento. Es hora de que te pongas a ti antes que a todo. Te dejaré llorar hoy, pero mañana, mañana comienza tu nueva vida, volverás a ser el Jimin caliente y radiante que siempre fuiste y comenzarás a vivir por y para ti, ¿lo has entendido?-