7) La distancia es mala compañía

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La gira por todo Francia fue agotadora más no podía quejarse, estaba cumpliendo su sueño.
En cada escenario dejaba su huella, los aplausos de pie ante sus coordinados y perfectos pasos hacían que todo valiera la pena.
Había logrado juntar el dinero suficiente para tener ahora su propio departamento y aunque Hoseok se quejó de que lo dejaba solo, él sabía que era lo mejor. Su amigo nunca había dejado de intentar enamorarlo y a Jimin le apenaba esa situación así que  cuando encontró el lugar perfecto cargó todas sus cosas y se fue de allí empezando su vida en solitario.

Cada noche durante ese primer año habló con Yoongi sin falta, se decían cuanto se extrañaban y las ganas de volver a verse.
Poco a poco las llamadas y los mensajes fueron siendo menos pero así y todo no perdían el contacto.

La nueva gira comenzaría en un mes y Jimin pensó que podría tomarse un descanso, al menos una semana y volver a Corea. Aunque la compañía intentó que los bailarines no salieran corriendo de aquel país no pudieron evitar que muchos de ellos volvieran a casa al menos por unos días.
Jimin estaba emocionado, iba a gastar un poco de sus ahorros e iría a casa a ver a su adorado esposo, pero lamentablemente Yoongi tenía que salir de viaje al mismo tiempo por su trabajo y el encuentro se escurrió entre sus manos.

-Lo siento tanto amor, en serio me hubiese encantado que nos veamos, ya no aguanto las ganas de estar contigo- había dicho Yoongi totalmente apenado.

-Está bien Yoon, tu no tienes la culpa de que justo cuando yo tengo unos días libres tu tengas que viajar, ya tendremos tiempo para poder vernos- respondió mientras un nudo en su pecho amenazaba con ganas de hacerlo llorar.

Y así lo hizo, cuando cortó la llamada sus lágrimas salieron sin permiso. Se sentía miserable, era feliz, claro que lo era, estaba allí haciendo lo que más le gustaba, pero a costa de qué, de estar lejos del hombre que tanto amaba y no dejaría de amar.

Se levantó aquella mañana sin demasiados ánimos, Hoseok había salido de viaje, quería conocer otras partes de Europa y aunque había conocido varios compañeros en el teatro no sentía conexión con alguno como para organizar  alguna salida o paseo, así que solo pensó en pasar esa semana conociendo París.

Llegó  a las orillas del río Sena, le pareció un lugar precioso, así que sin pensar mucho se subió a una embarcación turística y pasó el día allí recorriendo aquel imponente lugar, hubiera dado cualquier cosa por estar allí junto al amor de su vida.
Bajó al bufet del gran barco, se sentó en la barra y pidió algo para comer, esperó  tranquilo que lo atendieran sin dejar de mirar por las ventanas el paisaje. Sintió que alguien se sentaba en el banco contiguo al suyo, pero no le dio importancia. Siguió allí esperando su pedido.

-Hola- escuchó que lo saludaron.

Giró para ver a la persona junto a él que lo había saludado. Un joven alto, rubio, de ojos bien verdes, y una gran sonrisa lo miraba con intensidad.

-Hola- saludó y volvió a mirar por las ventanas.

-Soy León,  Franco León y como te habrás dado cuenta soy español.

-Un gusto León,  soy Jimin,  y no, no soy japonés ni chino, soy coreano- respondió con una mueca.

-Creeme que me di cuenta que lo eras, aunque no lo creas tengo familia coreana- respondió sonriente.

-Con razón hablas tan bien mi idiona- dijo y volvió a mirar hacia afuera.

-Me he dado cuenta en lo que llevamos de viaje que estás solo- sonrió nuevamente al hablar.

-Asi es, estoy solo, mi esposo se quedó en Corea- comentó.

El joven detrás de la barra se acercó con su comida

-Fue un placer conocerte León- saludó y se levantó para caminar hasta una mesa libre.

Claro, el español lo siguió decidido.
-¿Cómo es posible que alguien tan bonito este solo aquí y su esposo esté en otro continente?- indagó con algo de sarcasmo.

-Cosas de la vida- respondió y comenzó a comer sin mirarlo.

-Bueno, si me permites decirlo jamás dejaría que te fueras de mi lado si  fueras mi esposo- exclamó sin dejar de sonreír.

-Menos mal entonces que no eres mi esposo, porque soy una persona individual que toma decisiones por si mismo y no soy de la propiedad de mi esposo- respondió con un tono seco y con sus ojos encendidos

-Quizas me exprese mal, lo que quise decir es que yo te hubiera seguido hasta el fin del mundo-

-Que triste de tu parte, no vives tu vida ni dejas a los demás vivirla, quizás por eso estás solo en este barco intentando de forma horrible ligar conmigo- dijo y siguió comiendo sin siquiera volver a verlo.

El tipo tragó saliva y se levantó de su asiento, sin despedirse ni decir nada más salió de allí dejando a Jimin al fin comer en paz.
Luego de eso no volvió a verlo en lo que restó del viaje.

Una vez en tierra, pasó por un pequeño restaurante al cual había ido varias veces, compró comida para llevar y caminó hasta su casa.

Decir que su cuerpo casi colapsa al ver a aquel hombre sentado en el escalón de su puerta es decir poco.
Allí, sonriente y con una valija entre sus piernas Yoongi lo esperaba, corrió hasta él, acarició su rostro para entender si lo que veía era real o era solo su imaginación.

Yoongi lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo, posando sus labios sobre su boca.
-¡Sorpresa!- exclamó y Jimin se perdió entre sus brazos y su demandante beso.

Luego de muchos besos y dulces palabras de amor, entraron a su casa, sin soltarse

-No puedo creer que estés aqui- dijo Jimin acariciando el cabello del otro.

-Cuando dijiste que tendrías unos días libres preparé todo y decidí venir, sé que decirte que saldría de viaje fue un poquito cruel pero debo decir que no mentí ya que estoy de viaje- comentó sonriendo mientras Jimin le golpeaba el pecho haciéndolo reír.

-Eres un malvado, creí que no nos veríamos vaya uno a saber hasta cuándo.

-Si me hubiesen enviado de viaje realmente no hubiese ido, me hubiera quedado a esperarte y estar contigo, yo te extraño demasiado amor, y la verdad pensé mucho en dejar todo y seguirte hasta aquí, pero sé que te enojarías por no hacer el trabajo que me gusta y dejar todo, te conozco Minie- dijo sin dejar de besarlo.

-Bueno podrías escribir canciones aqui y trabajar en una buena productora, eres talentoso así que cualquiera te querría trabajando para ellos.

-¿En serio?, ¿no crees que te estaría invadiendo si vengo aquí?- preguntó asombrado.
Mentiría si dijera que no había pensado en dejar todo en Corea y correr tras su amado, pero sabía que quizás Jimin lo tomaría como si se estuviese metiendo en su vida y no quería que volvieran a pelear por eso.

-Yoongi, te extraño demasiado aquí, yo hasta pensé en dejar todo y volver a casa, si tu quisieras estar aquí conmigo yo sería feliz del todo, es solo que no puedo pedirte que lo hagas, no cuando sé que en Corea tienes una reputación y un nombre reconocido, jamás te haría empezar de cero, sé todo lo que luchaste por llegar a donde estás jamás podría hacerte elegir- comentó mordiendo su labio.

-Bueno amor, no pensemos en eso ahora, mejor déjame amarte porque ya no aguanto tanto tiempo sin tenerte- exclamó mientras chupaba y mordía sus labios y Jimin se dejó hacer porque sabía que Yoongi era la persona correcta, era a quien amaba y amaría siempre.

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Te he echado de menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora