Los besos y el gran abrazo no se hicieron esperar. Jimin lagrimeaba al tener frente a él al amor de su vida, a quien hacía mucho tiempo no veía en persona.
Yoongi sonreía embelesado, al fin tenía a su pequeño esposo entre sus brazos. La emoción era tan grande que Jimin ni siquiera reparó en donde estaban, hasta que escuchó unos gritos, gritos que lo nombraban emocionado. Sacó su rostro del cuello de su esposo y dirigió su vista hacia el bullicio, abrió sus ojos de par en par y volvió a mirar a su esposo.-¡Sorpresa!- dijo el otro sonriendo al ver el rostro desencajado de su pequeño.
-Yoon ¿dónde estamos?- preguntó teniendo una idea pero no queriendo hacerse ilusiones.
-En casa amor, en casa- respondió y le dio un abrazo y un cálido beso en la frente para soltarlo y dejarlo correr hasta el grupito de gente que lo esperaba.
Su madre, su padre, sus hermanos, Jungkook y Taehyung estaban allí esperándolo. Todos felices y con algunas lágrimas en sus rostros emocionados.
No lo podía creer, estaba en Corea, estaba con su familia, estaba con su hermano de la vida, estaba con su gran y único amor, estaba en casa.Todos juntos fueron a almorzar a un lindo restaurante que Yoongi había reservado.
Las charlas iban y venían, todos querían saber cómo estaba y cómo se sentía al haber vuelto. Jimin solo podía sonreír y responder a cada pregunta.
Aunque claramente estaba confundido se suponía que debía estar en Estados Unidos junto a su esposo, ellos solos y no en su país pero ya tendría tiempo para aclararse cuando hablara a solas con Yoongi.
Su esposo no dejaba de acariciarlo, de robarle tiernos besos y de tocar cada parte de él. Sin dudas necesitaban estar a solas pero no podía privar a Jimin de ver a su familia y amigos después de tanto tiempo.Cuando al fin la tarde llegó decidieron que era hora de ir cada quien a casa.
Prometió a sus padres y hermanos ir a verlos pronto. Abrazó a Taehyung jurandole que iría a su casa en cuanto se acomodara.
Tomó la mano de su esposo y ambos caminaron hasta el estacionamiento en busca de su auto para al fin llegar a su hogar.-¿Y bien?- preguntó con una sonrisita.
-¿Tu qué crees?- respondió mirándolo intensamente.
-Pienso muchas cosas pero aún no entiendo nada.
-Bueno, solo puedo decir que Estados Unidos no es para mi, no podía sobrevivir allí, y sé que tu tampoco lo harías. También sé que hubieras hecho tu mayor esfuerzo por vivir allí, solo para acompañarme, pero yo no quería hacer ese sacrificio, así que llamé a mi jefe y le dije que volvería a Seul, que buscara a alguien más para hacerse cargo de la productora allí y que renunciaba-
Jimin abrió sus ojos como platos, no podía creer la decisión que su esposo había tomado.
-No entiendo nada Min, ¿por qué renunciaste?--Seokjin volvió hace un par de meses, me propuso un negocio que no pude resistir y aquí me ves, empezando de cero y siendo mi propio jefe- explicó mientras estacionaba frente a su edificio.
-¿Tu hermano volvió de Alemania?, ¿eso significa que trabajan juntos?- indagó curioso.
-Asi es, él me propuso formar nuestra propia empresa de entretenimientos y la verdad no me pude negar-
-¡Eso es grandioso!- exclamó Jimin feliz mientras su cintura era apresada por su esposo y caminaban juntos hasta llegar al ascensor.
Una vez dentro del aparato Yoongi atacó con fiereza sus labios, ya se había contenido bastante y necesitaba tener a su esposo desnudo bajo su cuerpo.
-Te necesito- jadeo cuando dejó de besarlo.-Min, estamos en el ascensor, espera al menos a que lleguemos a casa- comentó sonriendo mientras se volvían a besar de manera apasionada.
Una vez dentro del departamento Yoongi no esperó más. Tomó a su pequeño entre sus brazos y lo llevó al baño, quitó lentamente su ropa sin dejar de besarlo en ningún momento.
Jimin se dejaba hacer mientras gemía de placer por las caricias del otro.
Entraron juntos a la bañera y Jimin se acomodó entre sus piernas haciendo que sus cuerpos rozaran despiadados.
Disfrutaron de un baño intenso, mientras los besos y las palabras de amor llenaban el espacio.
Una vez fuera del agua caminaron juntos y desnudos hasta la cama, sin dejar de verse, sin dejar de tocarse.
Habían añorado esa complicidad que tenían desde hace ya tantos años y esa noche rememorarian cada una de sus vivencias.
Poco a poco fue preparando a su pequeño, mientras sus dedos se colaban intensos en su ser y sus labios rozaban despiadados todo su cuerpo. Jimin no podía más de tanto placer y lo único que quería era tener a su esposo dentro suyo, llenándolo como solo Min Yoongi sabe hacerlo.
Sin esperar demasiado, entró lento y sin pausa, viendo cada expresión lujuriosa de su amado esposo, comenzó despacio como queriendo atesorar ese momento para de a poco ir aumentando su ritmo, desarmandose con cada gemido que Jimin le regalaba. Y este solo podía dejarse llevar por la bruma del placer que le era entregado.Jimin había vivido momentos únicos e irrepetibles en su vida. Su graduación como uno de los mejores de su promoción, su primer beso, su primera vez en el terreno sexual, su primer día de trabajo, subir a uno y a cientos de escenarios, los aplausos en cada lugar donde se había presentado, miles de momentos inolvidables, pero nada, absolutamente nada se comparaba con hacer el amor con el hombre de su vida, con la única persona que había amado desde que lo vio en el patio del colegio, con el único que amaría hasta el día que dejara de respirar.
Yoongi era por lejos lo único que Jimin siempre amaría y desearía por el resto de sus días y sabia fehacientemente lo que él provocaba en su adorado y tierno esposo.Ya no había rastros de aquel día doloroso donde Yoongi perdido le había pedido el divorcio, ya no habría días tristes ni días nublados, ya no habría más pruebas que demostraran que eran el uno para el otro porque ambos lo sabían. Se amaban y cada obstáculo en su relación solo fue y es el fiel reflejo de que el amor verdadero existe y que ellos lo vivirían por siempre.
-Te he echado de menos amor mio-
-Te he echado de menos mi amor-
Fin💜
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Te he echado de menos
FanfictionJimin y Yoongi llevan siete años de casados y hoy Yoongi ha decidido pedirle el divorcio ¿el motivo? ni él mismo lo sabe, solo sabe que quiere volver a ser libre. Muy por el contrario de lo que hubiese pensado, Jimin no discutió, no lloró, no gritó...