I want more sex/ Quiero más sexo.

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-Si llego a morir, que sea admirando tus ojos, la muerte me aterra, es fría, distante. Aférrate a mí, como una hiedra, para que no muera. Si llego a morir. Que sea tocando la piel que te arropa el alma, esa misma que quiero aruñar de noche, donde descansan tus pecas, donde tu rostro puede dibujarse. Cada gesto es un regalo, y pienso en mi muerte más que la tuya porque no soportaría perderte ¿Realmente esto es real? ¿Puedo llegar a cuestionarme cuanto puedo amarte? puedo llegar a pelear con mis miedos por ti. Escribir con la mano tambaleante. Llorar de madrugada. Ser humano ¿lo sabes? Cuando entonces pienso si fuera tú, sería la persona más afortunada del mundo, porque entonces tendría la certeza que tras de mí, a la distancia de algunos pupitres más, existe alguien que me ama plenamente sin importar nada más. Y ese nada más se hace más pequeño cada vez, mientras más me arropa el amor. ¿Si llego a morir? ya no pienso en ello, pienso en vivir, una vida plena, a tu lado. Hoy te pregunto: ¿Quieres vivir plenamente conmigo? Arroparíamos el viento, saltaríamos en nuestra imaginación, y volaríamos tanto que tocaríamos las estrellas. Haríamos lo que realmente vale la pena. Amarnos infinitamente...

-Amarnos íntimamente- expresa Marco tras de José.

José da un respingo tremendo, niega con la cabeza y termina de meter sus libretas al casillero, cierra la puertita determinado, y refuerza con llave el candado, con movimientos rápidos.

-¿Te causan gracia mis poemas?

Marco le dedica una sonrisa, y José se sorprende, desprendiéndolo de toda molestia. Marco tenía una sonrisa cada vez más esplendida, más espontanea, como si el dolor que le impidiese sonreír se hubiese esfumado. Y es donde José cae en cuenta ¿Marco ha estado sufriendo todo este rato? ¿Desde cuándo? ¿Por qué poco a poco descubro una persona diferente en él? Antes que se dé cuenta Marco vuelve a colocar su serio semblante.

-¡Maravilloso!- salta a decir Madison, su tiara de plata y perlas y su gargantilla de oro le hacían ver mucho más llamativa de lo normal- la pareja del año.

-¿Pareja del año?

José niega con la cabeza y abre mucho los ojos hacia Madison.

¡Ya deja de cagarla Madison!

-Que modesto mi amigo ¿no Marco? Espero que no lo tengan oculto por mucho tiempo- coloca los ojos en blanco- ya todo el mundo lo está comentando, sería aburrido que no le pidieses compromiso a José.

-¿Yo pedir compromiso?- Marco suelta la pregunta, como si fuese algo que él nunca se había planteado.

-¡Claro!

-¡No!- chilla José.

Ambos observan al chico ante su rotunda respuesta, José parpadea y baja la mirada.

-Solo digo que- susurra- es muy pronto para algo así ¿No creen?

-Ni hablar, ambos se ven muy enamorados- suspira- debes de ser muy romántico Marco, los ingleses son muy románticos, además aman las viejas costumbres- la chica sonríe como una niña entusiasmada.

-La verdad José y yo...- hace una pausa- queremos que todo fluya como tenga que fluir.

-Claro que si cariño, no hay porque apresurarse, pero yo solo lanzo ideas- le giña el ojo, escudriña al joven con la mirada, reloj plateado, anillos de plata y uno solo con dije de diamante, coge la mano del chico sin discreción alguna- maravilloso, los diamantes son joyas interesantes, nada los puede romper- señala sonriendo dulcemente a Marco- pero el corazón de José no es un diamante, es más bien, una perla. Es delicado, y de cuidado ¿Si sabes que ya quiero decir verdad?

-Madison Gray- expresa paulatinamente Marco con media sonrisa colgada en sus labios- ¿puedes dejar que tu amigo haga su vida sin tu intervención tuya por alguna vez?

-¿Y negarme el drama? ¡Jamás!

Los dos se carcajean mutuamente. Mad se coloca a su lado y se cuelga de su hombro acunando su brazo con el suyo.

-Es maravilloso José- expresa entusiasta la chica con falda de filo- no lo dejes por ahí- señala los pasillos con su dedo- hay muchas pirañas.

-Seguro que no.

José sonríe, se muerde los labios y se cruza de brazos al observar la escena. Marco sonríe con él.

Madison no tiene remedio alguno.