Touhou Ikimonogaku-teki Shinzou~Biological Heart (TouhouMaria#3.5).

Prólogo: El comienzo de un sueño pasajero

Agradecimientos a Border_izayoi por ayudarme en las ideas de esta historia escrita para ustedes para celebrar estos cinco años en que empecé a conocer a gente maravillosa, así como los 155 seguidores.

⚠ADVERTENCIA⚠

Esta historia contiene temas relacionados con la psicología, doble sentido literario implícito, gore suave y mente abierta ; esta es una interpretación propia de la historia de trasfondo de las hermans Komeiji: Satori y Komeiji.

Cualquier hecho, acontecimientos, lugares o personajes no se relacionarán con la trama, ya que es ficción para entretener (y obviamente disfrutarlo).

Por su atención; gracias.

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"Se levanta el viento, debemos intentar vivir".

~Paul Válery.

Las manecillas del reloj antiguo colgado en la pared marcaron las tres de la tarde en el Palacio de los espíritus terrenales a través de sus viejos engranajes todavía sonando como campanillas; la luz que se filtraba en los vitrales podían iluminar los pasillos sombríos, dándole un ambiente único y misterioso a su alrededor.

Pese a ser considerado un sitio extenso siendo ubicado encima del Infierno de las Llamas ardientes, la antigüedad de su arquitectura occidental y su curioso aire espectral, es considerado un lugar al cual las almas en pena y descansando en paz podían llamarlo hogar, siendo entre las ánimas y los animales, sin duda alguna, la dueña de la mansión: una niña de cabello corto morado pastel con una cinta negra en el pelo, un par de ojos violetas desde que nació con Síndrome de Alejandría; su tercer ojo se ubica en el costado izquierdo del pecho, cerca del corazón, cuyos cordones son atados en la cabeza y las muñecas, vistiendo una camisa azul con corazones amarillos, cuello rosa, una falda con un diseño de flores tenue y zapatillas de la misma tonalidad rosada del faldón.

Aquella infanta parecía no ser mayor de edad, siendo vista como una niña de entre los ocho u doce o trece años normal y corriente, pero detrás de esa apariencia supuestamente infantil se encontraba la mentalidad de una personalidad adulta.

Satori Komeiji—siendo ésta el nombre de la joven—se encontraba escribiendo un informe en una hoja de papel y una pluma tintera mientras mantenía su mirada serena y tranquila, como si su mente se centrara en un asunto reciente relacionado con los problemas de sobrepoblación de las almas de pecadores de parte de la Yama del infierno Shiki Eiki Yamaxanadu, a quien es respetada y temida por igual por el simple hecho de tener mala fama a causa de sermonear a las personas en sus tiempos libres con el fin de que éstas no cometiesen malas acciones ni se dejaran llevar por sus deseos mundanos si no quieren permanecer en las llamas del séptimo círculo el infierno por la eternidad.

Una vez firmado la carta con su apelativo, Satori volvió a escuchar las mismas campanadas del reloj aún funcionando, dándose cuenta de la ausencia de su hermana antes del almuerzo.

"Qué curioso", se dijo ella misma al notar aquello, "pareciera que el tiempo aquí se detuviese, sin saber si realmente son las tres de la tarde o las cinco de la mañana; parece que he dejado de hablar sobre eso".

Sus pensamientos fueron interrumpidos con sólo escuchar los pasos de una niña de cabellera verde grisáceo y ondulado a la altura a la altura de los hombros, iris de esmeralda y su tercer ojo sellado; vestía una polera anaranjada con tres diamantes azules como adorno, mangas verde oscuro cercanas a las manos, un faldón verde manzana con patrones de rosales casi invisibles y botas cafés, llevándose puesto un sombrero negro de ala ancha y un lazo amarillo y sus cables formaban un corazón; su mirada era risueña y alegre, posándose de pie en la entrada del jardín con una pequeña sonrisa escrita en sus labios.