Touhou Ikimonogaku-teki Shinzou~Biological Heart (TouhouMaria#3.5).

Capítulo 7: Más allá del jardín [2/5]

—¡Koishi, abre esa puerta!—gritó Satori con una tonalidad quebradiza, golpeando con sus manos empuñadas el portón violentamente.

Hizo lo que una hermana mayor preocupada haría: intenta calmar su ansiedad por cuestión de minutos, sin ningún resultado. Se mostró mal por alguna razón, tenía un presentimiento el cual se confirmaría al sentir una extraña calidez en sus palmas y sus pies.

Al fijar su mirada, visualizó el charco de un espeso líquido escarlata entre sus dedos. Haciendo el ambiente aún más pesado de lo que ya fue, pues, sus temores se encontraron envueltos en una perturbadora imagen de Kayako esando sentada en el sofá con la diferencia de que su cabeza fue reemplazada por rosas carmesí y tinta negra chorreando en su cuello cercenado.

Satori casi estaba a punto de perder la cordura, aprieta sus dientes hasta casi romperlos por el pánico escrito en sus pupilas. 

Estuvo a punto de entrar en desesperación al continuar diciendo:

—Koishi, ¿estás ahí, verdad? Por favor, abre esa puerta. Koishi, no me hagas esto. ¡No es de lo que pa...!

Su comentario amable fue interrumpido con el sonido de un jarrón rompiéndose en mil pedazos; la hermana mayor intenta forcejear la entrada hasta que finalmente cedió.

Todo era oscuridad, si no fuera por sentir el mismo líquido caliente entre sus pies descalzos; al no haber ninguna luz aparte de la luna menguante, quedó horrorizada al ver el cuerpo de la pequeña teñido de sangre, tanto en la cabeza como el su "mañanita" blanca.

—¿K-koishi? ¡Koishi!— exclama asustada Satori, se acerca a la joven con mucho cuidado de no lastimarla y notó que la herida no era tan grave mas sí profunda.

Con un suspiro tembloroso, quedó aliviada al notar ese detalle.

"Menos mal. No parece que la lesión se tan grave", pensó al creer que alguien la había lastimado, "por lo menos, nadie se ha robado en esta casa. Después de que deje de sangrar, la llevará a la cama, la sanaré y...tal vez se despertará de inmediato para descansar un poco".

—Eres una mocosa demasiado imprudente— le dijo una voz femenina bastante conocida; Satori voltea detrás suyo, sólo para darse cuenta de la presencia de Yukari.

Ésta, con una mirada fría escrita en sus ojos de amatista, apareció sin previo aviso dentro del  inconsciente de la satori. La cuestión es... ¿Cómo pudo hacer eso?

—¡S-señorita Yakumo! N-no puede ser p-posible que usted haya entrado a mi casa tan d-de repente— tartamudea la de pelo rosado, nerviosa ante la mujer; al ver a Koishi aún desmayada, intenta ocultar los restos de su florero favorito, apartándolos con el pie—. ¿Esto? Oh, sólo hubo un robo fallido en mi propio hogar.

Un silencio muerto inunda la estancia, generando tensión entre ambas; porque cuando era consciente de un asalto, muchos y muchas protegían los objetos más valiosos ante el temor de perder sus mayores tesoros siendo capaces de esconderlos celosamente sin importar cuánto busquen.

En este caso, Satori estuvo mintiendo al sudar frío; su voz interior le gritaba que dejara de mentir, que haga lo que haga, no se generara tanta confianza ante sus propias palabras.

—No puedes cambiar el destino de tu propia vida, a no ser que quieras sufrir las consecuencias de tus actos—dijo Yukari con un tono sombrío y macabro en su voz; encima, el agua corriendo en un arroyo parecía escucharse en medio del sigilo, la tensión y el miedo.

Empieza a acercarse ante la niña, empero Satori se aleja de ella con miedo; su intento de huir de la dama resulta en vano al chocar con la pared siendo transformada en el cielo despejado y estrellado de lo que parecía ser una interpretación del Mundo Exterior.