Capítulo 9: Más allá del jardín [4/5]

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Todo se envuelve en un fondo blanco hasta abrir lentamente sus pestañas; en esta ocasión, Satori ya no tuvo pesadillas de nuevo, pudiendo darse un momento de paz.

Escuchó el canto de los pájaros, ahora estando en su cuarto. Al revisar todo a su alrededor, seguía somnolienta. Con la conciencia tranquila, sin ningún delirio porque pudo aceptar que Kayako merecía descansar en paz.

Hasta que pudo darse cuenta de la ausencia de Koishi; supuso algún paseo con Flandre o contemplar con alegría los bailes noh en el mundo exterior como casi siempre. Sin embargo, había quedado el sombrero negro con listón amarillo en la silla de al lado, tomándolo con las manos y, al levantarse, se preparó para salir afuera con la esperanza de cumplir la promesa de visitar a Remilia Scarlet.

"Koishi olvidó su sombrero esta mañana", se dijo en voz alta al voltear hacia los lados, "debo entregárselo, pero primero iré a preguntar a la señorita Scarlet si había ido a su mansión".

En efecto, se dirige hacia su armario, sacando un abrigo azul, una bufanda roja y sus botines cafés; hacía frío, y estaba lloviendo, sacando su paraguas blanco para no mojarse.

Si te mojas, te enfermarás.

Solía decir Kayako cuando Satori era pequeña; avisó a Orin y Okuu que saldría un rato, se acerca a la puerta y, con alivio, el olor a brisa fresca, tierra mojada y nieve la hicieron despertar; revisó el reloj de bolsillo dentro de su chaqueta y notó que eran las seis de la mañana con cinco minutos. Un poco temprano como para estar saliendo, pero optó por irse temprano a la hacienda.

Para su sorpresa, ningún oni se había quedado a dormir en sus jardines ni rosales, lo cual ya estaba acostumbrada, siempre y cuando no hiciesen ningún escándalo; paseó por sus alrededores, abrigó su tercer ojo y encaminó el sendero hacia la superficie.

Los rayos del sol fue la primera luz la cual recibió con su calidez, sintiéndose como un bebé recién nacido en los brazos de su madre.

La nieve resplandecía a pesar de tener el cielo despejado. 

Un día perfecto para ver a los niños corriendo y riendo mientras jugaban a las guerras de bolas de nieve, construir muñecos de nieve o pasearse por los trineos; los pocos pájaros siendo alimentados por las migajas de pan entre sus manos cubiertas por sus guantes, tomar chocolate caliente por las mañanas y patinar sobre el hielo.

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Al llegar a la mansión, una chica de cabello pelirrojo, ojos aguamarina y traje de invierno se encontraba quitando la nieve del jardín hasta ver a Satori entrar por la puerta.

—¿Está buscando a la señorita Scarlet?—le preguntó Meiling, siendo el nombre de la guardiana.

—Sí, vengo de parte de lady Komeiji—respondió la de ojos morados, sintiendo su aliento saliendo entre sus labios—. Soy la hermana mayor de Koishi Komeiji.

—Oh, sí. La joven Flandre me dijo que esa persona tenía una hermana—reconoció Meiling, dejando de lado su pala de nieve, abrió la reja de los brotes recién regados con sus llaves y abrió la reja al lanzar una risilla—. Pase, pase. Entre con libertad y voluntad propia, y que la felicidad sea compartida.

—Bien—asintió con la cabeza Satori, entrando con una sonrisa escrita entre sus labios y se adentra a la sala principal donde se encontraba una joven de cabello azul, ojos carmesí y alas de murciélago, vestida con traje de invierno al leer el volumen de una obra bastante nueva para ella.

Al presenciar su visita, Remilia—siendo el nombre de la muchacha—levanta su vista y se pone de pie al colocarse en frente de su invitada diciendo:

Touhou Ikimonogaku-teki Shinzou~Biological Heart (TouhouMaria#3.5).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora