Touhou Ikimonogaku-teki Shinzou~Biological Heart (TouhouMaria#3.5).

Capítulo 2: Memorias de cristal

"Las personas no pueden deshacerse de la tristeza, porque todas las personas están fundamentalmente solas".

~Neo Génesis Evangelion.

Satori se despierta aterrada ante aquella pesadilla, sintiendo cómo su pequeño cuerpo de muñeca temblaba hasta los huesos mientras sudaba frío entre su pecho siendo casi cubierto por su camisa blanca de manga larga y su rostro sonrojado; su garganta le responde con una tos ronca que casi le quita la respiración, empero inhaló aire por la nariz y lo dejó escapar por sus labios, aliviada de que todo fuera un mal sueño producto de su estrés laboral;

En ese instante, su sosiego fue interrumpido por el reloj antiguo de pared marcando las tres de la mañana; su mente regresó a la realidad cuando descubrió que , para su sorpresa, había estado durmiendo de pie aunque su cuerpo no puede soportar su propio peso si no fuera por ser un youkai que podría superarlo con mayor facilidad, siendo su propia sombra reflejada por la luz de la luna atravesando los ventanales de su hogar cuyo brillo plateado parecía ser azulada a causa de los vitrales de colores siendo testigo de su soledad silenciosa.

La joven sentía cómo el cronómetro parecía burlarse de su muda desdicha, como si el destino se divertía en su solitario juego de la melancolía abrumando su corazón hasta el punto de no aguantar más el odio que tenía hacia aquel objeto.

"Esa maldita cosa no debió haber existido en esta casa, pensó en voz baja llena de odio, ¡Voy a borrar ese juguete asqueroso de mi vista antes de que me vuelva loca!", y con esa idea en su mente, siendo cegada con el resentimiento, se acerca ante el muro, tomó el cronógrafo con sus propias manos hasta alzarlas y lo arrojó violentamente al suelo, viendo cómo el cronógrafo se rompía en mil pedazos debajo de sus pies cubiertos por sus zapatillas de dormir para evitar tocar el suelo helado.

Un silencio muerto comenzaba a inundar en el corredor, sólo para que Satori se diese cuenta al recordar la macabra muerte de Koishi ante aquella pesadilla; corrió hacia su habitación para revisar de que ella se encuentre bien y asegurarse de estar tranquila, preocupada ante el temor de no encontrarla en su propio cuarto; sorprendentemente, sus expectativas fueron confirmadas al ver  a la niña durmiendo  en su cama, comprendiendo que todo este tiempo su mente le había jugado una mala broma. 

Pero, ¿Por qué? ¿Qué le estaba pasando a Satori? ¿Sería aquella ocasión en que Koishi cerró su ojo y, por aquel trauma, su subconsciente le genera un sinfín de muertes lentas, dolorosas o aterradoras ante sus propios ojos inconscientemente? ¿En realidad está en un sueño o es protagonista de una tragicomedia donde la principal protagonista y antagonista al mismo tiempo es ella misma y nadie más? ¿Qué significaban las manecillas del reloj que sonaban al despertarse? ¿Su hermana en verdad está con ella? Y si es así, ¿en dónde podría estar ella ahora?

Estas preguntas no dejaban de inundar en su persona, hasta el punto de sentir un dolor de cabeza después de reflexionar y leer sus propios pensamientos; la tos que antes la había despertado ahora le ardía cuando empezaba a salir de su garganta, por lo que de inmediato fue hacia la cocina para tomar un vaso de agua, desconociendo que había dejado abierta la puerta del corredor de Koishi.

Al llegar al comedor, tomó una taza y se dirige hacia la alacena para ver una pequeña botella de cristal color caramelo en donde se encontraba el nombre del medicamento "Remedio del sueño nocturno de la flor de loto" escrito a mano, agarró el envase para cerrar las puertas del armario, lo abrió y empezó a beber el líquido dulce entre sus labios para después dirigirse hacia un barril lleno de agua, destapándolo y agarró con el cucharón el fluido transparente, lo bebió en dos sorbos hasta el punto de sentirse calmada.