Capítulo 6

337 44 3
                                    

El silencio se hacía presente una vez más y la incomodidad reinaba el lugar.

Sólo habían pasado diez minutos desde que ambas llegaron a su encuentro en el departamento de Yerim pero el resentimiento y la vergüenza no les permitan hablar.

Los colores regresaron a la vida de Jungeun aquella tarde que Yeojin la contactó. Curiosa, la pequeña asistente de su esposa le había informado que Jinsoul le pedía que se reuniera con ella dentro de quince días, dando una ubicación que la castaña conocía de memoria.

Jungeun estaba ansiosa y deseaba preguntarle cómo se encontraba su esposa pero prefirió no hacerlo, pues esto solo alimentaría la curiosidad de la empleada que se encontraba confundida pues era tonto que estando casadas, se citaran de esta manera.

En esos días, la vida de Jungeun siguió vacía como de costumbre. La poca comunicación que tenía con Hyunjin se terminó, y su única amiga era Haseul, pero no quería hablar con ella, pues tendría que admitir su error y estaba profundamente avergonzada para contarlo.

En el transcurso de esos días, la tranquilidad de la castaña iba de picada, entre más se acercaba la fecha del encuentro, más nerviosa se ponía. Tenía miedo, mucho miedo pero estaba perdidamente enamorada de su esposa, así que verla tan sólo cinco minutos, sería suficiente para sobrevivir por un tiempo.

Por otra parte, las razones por las que Jinsoul había citado a Jungeun eran totalmente diferentes a las que ésta pensaba. No tenía mucho que decir, estaba embarazada y Jungeun merecía saberlo, aunque después de la traición por parte de su esposa, era cuestionable que merecía y que no. Sin embargo, una insistente Yerim la convenció de hacérselo saber, incluso si ella decidía ponerle fin a su embarazo.

Quince habían sido los días que marcó, casi dos meses desde la última vez que se vieron y ciertamente, esos quince días no eran más que una excusa para tratar de tomar valentía y volver a verla.

Algunos síntomas se estaban haciendo presente, el vomito uno de ellos, y no quería encontrarse en un estado lamentable cuando estuvieran frente a frente. Aunque, Jinsoul sabía que independiente de su embarazo, su salud física y emocional, se estaba yendo al carajo.

Jungeun quería hablar, quería decirle lo guapa que se veía ese día, pero tenía miedo de que la mayor lo tomara como burla así que prefirió no hacerlo. Había algo diferente en Jinsoul, se veía hermosa, era cierto y aunque Jungeun supuso que fue por la emoción de volverla a ver, su esposa era una mujer extremadamente atractiva, que deleitaba la pupila de cualquier espectador convirtiéndola en la musa de las más bellas obras. También notó que había ganado algo de peso, pero esto la alivió, temía que su esposa no se estuviera alimentando bien por la situación, ya que ella misma no podía recordar la última vez que comió.

- La verdad - inició Jinsoul - Ahora que te tengo frente a frente, no tengo nada que decir.

- No digas nada si no quieres - trató de sonar cálida, pero estaba consciente que todas sus palabras serían interpretadas como burla hacia su esposa - Yo hablaré.

- ¿Cómo pudiste? - Jinsoul dijo, tratando de controlar el llanto - No quiero verte... Pero Yerim me insistió que debo cerrar el ciclo de manera correcta y - rio - Somos adultas ¿no es así?

- Voy a contarte todo si así lo quieres - Jinsoul apretó los ojos, tratando de buscar fuerzas - Desde que... Comenzaste a trabajar tú, ya no nos veíamos.

- Sabes que estaba ocupada y...

- Por favor, déjame terminar - interrumpió - Mierda, nuestro matrimonio se estaba yendo al carajo, ¡Y estabas consciente de eso! - contraatacó y Jinsoul rio con ironía - No voy a justificarme pero no tienes idea cuánta falta me hiciste.

Damn SeasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora