Capítulo 21 Epílogo

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- Mierda es tarde - mordió el pan tostado que se encontraba en su plato y salió corriendo.

El mes que Jinsoul le prometió a Jungeun se convirtió en más que eso, alargándose a más de dos meses.

Durante ese tiempo sucedieron muchas cosas. Poco a poco fueron regresando a su antigua rutina, de conversaciones cotidianas que no pasaban de "¿cómo estás" y "buenas noches" a platicas intermitentes todos lo días a todas horas.

Jinsoul le informaba sobre su embarazo y a Jungeun le gustaba mandarle fotos sobre los obsequios que le compraba a su hija. En una ocasión, la rubia tuvo que ir al hospital, Jungeun lloró abrazando la ecografía que recibió por parte de la rubia. Estaba muy cerca de conocer a su hija.

Jiwoo renunció.

Su actual pareja, Ha Sooyoung emprendió un viaje de negocios, posicionándose en distintas ciudades del país con clientes ansiosos por tatuarse. En una llamada telefónica, Chuu le comentó a su compañera que necesitaba hacer algo diferente y que estaba feliz en ayudar a su novia, quien por cierto ya tenía planes de matrimonio.

La pastelería de Yerim creció. El centro comercial le había beneficiado, aumentando la clientela y aunque extrañaba a su mejor amiga, en su honor nombró a uno de sus postres favoritos con su nombre, de esa manera cada vez que lo preparara, pensaría en ella y la tendría consigo siempre.

Hyunjin seguía en su proceso de superación. Era tardado pero estaba segura que lo lograría.

- ¿Qué... qué haces aquí?

Después de unas vacaciones en la playa más cercana, el primer libro de Jinsoul fue publicado y su regreso a casa se apresuró. A pesar de que la distancia les estaba ayudando a sanar, ambas estaban de acuerdo que la mayor regresaría antes del nacimiento de su hija.

Así que ahí se encontraba ella, después de un corto pero pesado vuelo, con sus maletas en mano y mirando a la mujer que seguía agitando su mundo.

- Supe que tu viaje se adelantó, así que viene corriendo a recogerte.

- No tenías que hacerlo, estaba a punto de llamar un taxi - Jungeun negó.

- No digas tonterías - y como si se tratase de una buena amiga, corrió a abrazarla - Te extrañé.

- Yo también te extrañé - apretó el abrazo, oliendo su cabello - Mucho.

Jungeun se separó un poco sin romper la distancia y sujetó su cara con sus manos, ambas sonrieron y después colocó un tierno beso en la frente. Tomó sus maletas y ofreciéndole su brazo, caminaron juntas hasta el estacionamiento.

- Por favor, toma asiento - dijo la castaña una vez que entraron a la casa - Preparé el almuerzo.

- No era necesario, en verdad, comí antes de venir.

- No, no, nada de eso - llegó nuevamente con un plato - Sin gluten - le guiñó.

- Gracias, se ve delicioso - sonrió y se dedicaron a comer. La plática fluía como si el tiempo no hubiera pasado y nunca se hubiera ido.

- ¡Puedes creerlo! ¡Finalmente! - rio Jungeun.

- Mierda, sí - contestó Jinsoul - Esa maldita siempre lo negaba "Vivi es mi mejor amiga" "Ella tiene novia y yo no tengo interés" y ¡Maldición! ¡Están a punto de casarse!

- Tenemos que ir a la boda si o si - Jungeun se sonrojó divertida y Jinsoul apreció el rubor en sus mejillas - Después de tanto tiempo siendo unas idiotas sin admitir sus sentimientos... ahora que están juntas ¡Vale la pena celebrarlo!

Damn SeasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora