Después de la caída de La Ciudad de la Luz, Clarke entrega un oscuro mensaje de fatalidad inminente de ALIE. Los disturbios políticos se ciernen sobre Polis en un momento en que los clanes deberían trabajar juntos. Un nuevo comandante debe ascender...
La luz del amanecer inundó el paisaje. Cayó una lluvia ligera, algo inusual en las regiones desérticas. Me pregunté si este era el comienzo de los cambios ambientales provocados por la fusión nuclear. Fue un duro recordatorio de que el tiempo se estaba acabando.La gente de Thayer ya había comenzado a trasladar su campamento a un lugar diferente. Los que quedaron estaban armados y listos para viajar con nosotras a Polis. Este pequeño ejército era feroz, pero me preocupaba que si se desataba el infierno con Azgeda, podríamos ser superados en número.
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Me reuní con Thayer antes de comenzar nuestro viaje y expresé mis pensamientos sobre nuestros números en comparación con los de Azgeda. Ella permaneció tranquila, "Te preocupas demasiado, Wanheda. Algunos de mis hombres han ido a buscar el apoyo de otros en La zona muerta y más allá, aquellos a quienes hemos ayudado". Fruncí el ceño, Thayer y su gente eran mercenarios, ladrones y asesinos a sueldo, ayudar no era una palabra con la que los hubiera relacionado, "¿Ayudado?" Pregunté. Ella me sonrió, "No todos nuestros esfuerzos son para beneficio personal. No tomamos de aquellos que no pueden prescindir, no aceptamos el intercambio por una muerte que no es justa. Tenemos nuestro honor". Mis suposiciones sobre su estilo de vida se desvanecían lentamente y saber que tal vez había otros dispuestos a apoyarnos me dio esperanza. Mientras caminábamos hacia nuestros caballos, Thayer hizo todo lo posible para seguir acallando mis preocupaciones: "Aquellos que no aman a Azgeda estarán con nosotros y aquellos que creen en el legado de Los comandantes. Una Natblida siempre tendrá más influencia que la de un Rey. La sangre es sagrada, la realeza autoproclamada no lo es ". Thayer sabía cómo recibirían los clanes la noticia de la existencia de otro Nightblood, que cambiaría todo. "He terminado de vivir en las sombras", dijo Thayer con orgullo. De alguna manera me recordó a Lexa, no solo en apariencia, sino en la fuerza y determinación que tenía. Empecé a admirar a esta forajida del desierto, pero seguía sintiendo aprensión por su naturaleza salvaje. También estaba el asunto del corazón y lo que ahora había comenzado a sentir. Echaba de menos a Lexa tan profundamente, mi sentimiento de pérdida seguía siendo tan prevalente, sin embargo, descubrí que estar en presencia de Thayer había comenzado a hacerme sentir algo para lo que ni siquiera estaba segura de estar lista. Me recordé una y otra vez que ella no era Lexa, pero ¿cuándo el corazón escucha a la cabeza? Subimos a nuestros caballos y cabalgamos en masa para encontrarnos con el destino. Thayer y su gente ansiaban la sangre de Azgeda, la Gente de las Sombras dando un paso adelante para reorientar el poder de equilibrio en Polis. Enfrenté al Rey por la tormenta que estaba a punto de caer sobre él. Gane o pierda, las cosas estaban a punto de volverse problemáticas para la sed de poder del rey Roan y Azgeda.
