No somos tan distintos.

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      Después de alejarnos lo suficiente de las personas, "al menos por un momento, antes que iniciaran a llamar a los estudiantes para entregarles su diplomas". Me contó que su abuela había fallecido hace unas una hora, de un infarto al corazón. Y que al enterarse de la noticia le dolió mucho porque su abuela junto a su madre la habían criado desde pequeña ya que su padre había fallecido en un accidente de carro cuando ella tan solo tenía 6 año, lo cual fue devastador para su madre ya que durante unos dos años, tuvo que cuidarla ella sola, hasta que fue y le pidió ayuda a la madre de su difunto esposo. También me dijo muchas cosas más que le afectaban, lo dijo con tantas ansias de liberar su presión emocional, ya que todo eso le causaba un fuerte dolor de cabeza, aunque lamentablemente en ese momento no tenía las pastillas que se lo podrían calmar, así que le di un poco de agua y le dije para seguir caminando para ver si funcionaba y se le calmaba el dolor.

      No se tuvo que esperar tanto tiempo para que el dolor se le pudiera calmar por completo. Trate de contarle algunos de mis chistes malos para tratar de animarla un poco, jaj como supuse algunos de ellos lograron sacarle una leve sonrisa, pero con eso me bastaba, ya que sabía que mis chistes eran bastante malos, un ejemplo sería:

- Había una vez un pollo que respiraba por el trasero, se sentó y se murió.

     Ese no le causó mucha risa al principio, pero con mis gestos y por el tono en el que lo conté, hizo que le saliera una leve risa, claro, después de unos minutos, por que de resto estaba completamente seria. Y bueno, ya me han dicho que mis chistes suelen ser tan malos que causan risa, así que aproveche eso, y fue lo que la animó un poco. Por que en verdad no quería que siguiera igual de triste, y mucho menos hoy que estamos a punto de graduarnos por completo de la Universidad y que nos entregan nuestros diplomas. Así que si o si tenía que hacer algo, y aquí como logran leer, "a veces los chistes malos pueden causar risa, excepto chistes ácidos, esos no los entiendo ni mucho menos a las personas que les causan risa, pero bueno, el gusto humorístico de cada quien, y eso lo tengo que respetar".

   Aunque igual no quita el hecho de mi asombro hacía la conversación que tuve con ella, ya que a pesar de recién conocernos y de tan solo charlar un poco con mis pésimos chistes, y por que me le acerque, ella me dijo sus problemas y cómo se sentía en ese momento, a mí, un completo desconocido, el único que notó que se sentía mal y fue hacía ella para ver en qué podía ayudar. "Creo que duramos como 3 horas hablando", y cuando nos dimos cuenta, ya nos estaban llamando para entregarnos nuestros diplomas, así que le sugerí un plan, le pedí que por favor se secara las lágrimas para ir a buscar nuestros diplomas e irnos a otro lado para que se distrajera de todo el dolor que sentía. Después de dos horas en la entrega de diplomas le dije a mi madre donde estaría para que no se preocupara tanto. Nos fuimos a un parque de atracciones, el cual tenía una rueda de la fortuna enorme, y me pareció ideal para que despejara su mente, al menos lo suficiente para que pudiera llegar a su casa más tranquila. También opte por una leve charla, ya saben, para conocernos mejor y así saber el ¿por qué? de su mirada tan peculiar, y claro también para distraerme, porque tampoco estaba del todo bien en ese momento así que aproveche esas pocas horas que teníamos juntos antes que se fuera a su casa y no poder verla por un buen tiempo.

DistorsiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora