Alice Gales Y El Traidor de la Sangre | George W | +18

14- ¿Mérula?

Un fuerte golpe resonó en la puerta, seguido de los gritos de una mujer fuera de esta, sobresaltando a los presentes en la habitación, Molly.

—¡Alice, cariño, abreme!. —gritaba la señora Weasley.

Alice corrió hasta la puerta para abrirla y la señora Weasley entrara desesperada.
Al entrar se lanzó sobre su hijo, sobresaltandolo.

—¿¡Estás bien, Cariño!?, ¡Oh, Georgie!. —la mujer lo abrazo cálidamente, la cara de George parecía de sorpresa.

—Mama, estoy bien, yo...

—¡No hables, mira si te debilitas aún mas!.

Fred, Ginny y Alice dejaron escapar una carcajada al escuchar las palabras de la mujer, recibiendo de respuesta una mirada fulminante de esta.

—¡Hijo mío!, ¿Te sientes bien?.

—Mama, me siento perfecto solo fue un...

-—Cállate, George, no fue un rasguño nada más!.

Fred comenzó a reírse descontroladamente y entre risas —¡Le decía que... Se calle y le preguntaba si se sentía bien, me hago pis!. —Fred cayó al piso de la risa.

—¡Fred, tu hermano está lastimado!.

—¡Mamá, no estoy lastimado!.

Los tres jóvenes en la esquina de la habitación no podían contener la risa, estaban todos en el piso riendo descontroladamente debido a la situación, que al parecer, era muy graciosa.
La señora Molly corrió hasta Fred y comenzó a patearlo.

—Que yo sepa no pedí un masaje. —se burló Fred.

—¡Compórtate, Fred!

—¡Disculpa, mujer!, ¡Si la situación es graciosa no esperes que me contenga!, Por dios, parece que no me conoces.

Su madre empujó su cabeza ligeramente y volvió hasta George que reía.

—¡Tu no te rías, puedes debilitarte!.

—Pero...

—¡PERO NADA, GEORGE!.

—Amanecimos bravas, eh. —susurro Ginny haciendo caer en risas otra vez al gemelo mayor.

La señora Weasley le sonrió cálidamente a Alice, y se acercó a ella y la abrazo cálidamente.

—Gracias, cariño, por cuidar a mi Georgie.

—No es nada, señora Weasley.

La mujer se alejo de Alice y le beso la frente para luego volver a caminar hasta el menor de los gemelos.

—Nos vamos a casa —Fred seguía riendo, por lo tanto Molly se sacó su zapato y se lo lanzó, dando en el blanco— ¡Deja de reírte!.

Fred se levantó y se puso serio ante el zapatazo de su madre, que lo miraba furiosamente.

—Arthur, irás con George, yo me llevaré a estos dos idiotas. —dijo refiriéndose a Ginny y Fred.

Arthur tomo el brazo de George y una nube de humo negro los rodeo, desapareciendo.

—Alice, ven mañana. -dijo Molly guiñándole un ojo y sonriendole.

Alice asintío y se despidió de ellos, y también desaparecieron.
Dejando a Alice sola en aquella habitación donde la silueta de George en la cama seguía marcada entre las sábanas.
Sin embargo, ¿Quien eran esos que entraron a la tienda, y que querían?

[...]

Alice llegó a la madriguera mediante la teletransportacion.
Al llegar tocó la puerta con sus nudillos, para ser atendida por Ginny.