Alice Gales Y El Traidor de la Sangre | George W | +18

18- Jhon.

George giro el pequeño Diario sobre sus manos mientras alzaba una ceja, mirando su tapa y por encima sus hojas amarillas, que parecían ser viejas.
Pero, ¿Que hacia ese diario ahí debajo?.
El pelirrojo se sentó en la cama y comenzó a debatir si debía de abrirlo o no, si debía husmear, si a Alice le molestaría o solo no le tomaria importancia, llevo una mano a su cabeza mientras con la.otra sostenía el diario empolvado.
No quería meterse en la privacidad de la joven, pero tampoco quería que así curiosidad lo mate.
El pelirrojo decidió abrir el libro, y levemente levanto la tapa de este, dejando al descubierto la primer hoja del cuaderno sacudiéndo un poco la tierra que las hojas llevaban encima de ellas, ensuciandolas levemente dejando manchas grises sobre estás.
Al abrir el libro y comenzar a leer cada una de esas notas, se percató de las fechas en las esquinas de las hojas, dónde parecía ser de hace años, años dónde el era un adolescente y seguí en Hogwarts, mientras Alice vivía en su vieja casa, sola y encerrada, sufriendo de miles de problemas dentro de esta, dónde en cada una de sus hojas el dolor de la niña de 12 a 15 años era notorio, dónde manchitas que hace años habían sido lágrimas frescas ahora reposaban en una hoja, dónde las palabras crudas de una niña les hacían compañía.
Sus manos temblaron, cada cosa detallada escrita en cada página del libro, desde poemas, que era reflejo de el sufrimiento de Alice, hasta notas diarias, notas llenas de miedo.
La letra corrida, las flores secas,  la tinta derramada, las fechas, incluso gotas secas rojas, cada cosa se unió para convertir el diario que alguna vez la niña creyó que llenaría de momentos felices, en un guión para una película de terror.
sin embargo Alice lo había escondido por algo: no estaba lista para dejar que George se entere de su pasado, y muchísimo menos de la mano de ese diario siniestro, dónde las palabras de una niña pequeña rellenas de miedo sobresaltaban en cada hoja.

George cerró el diario, aún las notas corrían por su cabeza, podía imaginarse el dolor de Alice en esas paginas, en las cuales el dolor era sobresaliente.

[...]

La puerta principal se abrió, dejando sonar un chillido indicando que está volvió a cerrarse rápidamente. Era Alice, que llegaba de trabajar en la tienda de los gemelos Weasley.
Al entrar se encontró con George sentado en una silla con algo en sus manos, que no pudo distinguir a lo lejos, por lo tanto no le tomo importancia.

—Hola, George —saludo sonriente la chica—, ¿Que tienes ahí?.

La pelinegra se acercó hasta el chico para distinguir lo que este llevaba en sus manos, y lo reconoció, el diario, el diario que había dejado bajo la cama hacia un tiempo atrás.
Sus labios se separaron levemente, dejando un pequeño hueco entre estos.

—¿De dónde lo sacaste?.

—¿Por qué jamás me lo dijiste?. —George tenía la vista perdida.

—¿Decirte que?.

—Todo lo que esta niña de 12 y 15 años cuenta en las páginas, ¿Por qué no me lo contaste?. —George la miro a los ojos, perdiéndose en la mirada de la chica.

—Yo creía que... Ya lo sabías.

—No leo mentes, Alice.

—¿Cómo querías que te lo contará, George?, Jamás debiste de leer ese diario, ni yo debí escribirlo. —la chica se alejo del pelirrojo.

—Te has estado guardando este daño por mucho tiempo, que aún que lo niegues, ambos sabemos que te sigue haciendo daño.

—¡No!. Por Merlin, George. —la chica llevo la mano a su cara, para apoyarla en su frente.

—¿por qué no me lo contaste?.

—¡Quería olvidar toda esa basura, George!, ¡No te lo conté por qué fue decisión mía, ni Ginny lo sabe y ella es mi mejor amiga!.