LA MALDICIÓN DE LÍA [2HWANG]

Prólogo

Mi hermana menor está muerta, su nombre era Lía, ella solo tenía 19 años.

Estaba acostumbrada a ver su hermoso rostro mientras ella dormía, pero verla acostada en un blanco ataúd mientras su cuerpo se encontraba frío y rodeado de flores, hacía que mi estómago se revolviera.

—Escuché que Lía estaba sometida a quimioterapia.

—Pobre niña... atravesar por tal dolor a tan temprana edad... pero ahora al menos se ahorrará más sufrimiento.

Estaba rodeada de personas que no conocía, hablaban de ella con lástima, no podía culparlos, Lía debía tener un futuro brillante mientras era amada por todos, pero en mi mente solo estaba aquel día como cualquiera, en el que me encontraba con ella, haciéndole compañía en ese acogedor cuarto de hospital.

"Hermana" llamó mi atención, haciendo que despegara mi vista del libro que estaba leyendo.

"Hmph?" aún así no dejé de masticar el panecillo que tenía en las manos.

"Lamento hacerte venir todos los días a verme"

"Esta bien, no tengo nada que hacer, además es aburrido estar en casa sin ti" rodé sobre la cama, acostándome sobre mi espalda, pude escuchar su delicada risa.

"Lo siento... ¿puedo pedirte un favor?"

"¿Qué es?" estaba curiosa.

"Si algo fuera a pasarme... toma esto... y colócalo dentro de mi ataúd"

Le recé a los dioses para que nunca tuviera que cumplir ese último favor que me pidió, pero aquí estaba, con esta cosa entre mis manos.

—Así concluye nuestra última despedida a los difuntos.

La voz de aquel hombre resonó en mi cabeza, era tiempo de que Lía se fuera, era ahora o nunca, pero por alguna razón no podía moverme... no quería hacerlo.

Pude haber echo cualquier cosa por ti Lía, entonces ¿por qué me pediste algo como esto?

—¡Esperen por favor!

Mi cuerpo y mi voz trabajaron por si solos, las personas me miraban con pena y tristeza, pero no me importó, tenía que hacerlo si no quería que Lía me odiara.

Me acerqué al ataúd una vez más, e inclinándome hacia ella, coloqué aquella fotografía entre sus manos.

—Lia... espérame hasta que me una a ti... no tardaré mucho.

Le susurré creyendo que me escucharía.