-Alissa, quiero que cojas el teléfono de ella y marques a su hermano, dile que invente una excusa, ella no se moverá de mi casa- avisa Male.
Todo son susurros, nada de voces nítidas, y al segundo se me olvida lo que acabo de escuchar, me siento como Dory en Buscando a Nemo, es realmente frustrante no poder decidir o actuar por mí misma. Alguien eleva mi peso y estoy helada, completamente helada.
-Está helada- habla una voz femenina.
Sigo moviéndome por un espacio que no logro ver, mis párpados pesan terriblemente. Oigo un chasquido, un portazo, y ahora estoy sobre algo cómodo. Ya nadie me sostiene y vuelvo a tiritar terroríficamente.
-¡Haced algo, por el amor de Dios!- ¡Esa es Alissa! Me encojo sobre mi misma y no puedo dejar de hacerlo, el helor es insoportable.
-¿¡Te quieres callar de una vez!?- estalla Male.
-Ven conmigo- esa es la voz de Sam.
Ahora solo oigo suspiros, noto como poco a poco me despojan de mi ropa, me encojo, dejo de sentir, dejo de tener tacto ¿Qué me está pasando? Balbuceo ruidos sin sentido alguno. Oigo un gran estruendo.
-¿¡Quieres dejar de hacer eso!?- brama un chico, Dwice -¿¡Es que no te das cuenta de que no consigues nada rompiendo cosas!? Deja de comportarte como un maldito gilipollas y ayúdame, hay que conseguir que abra los ojos- ahora espero pacientemente escuchar una pelea y que Male lo mate a golpes, pero no es así.
Noto cosas frías y pesadas en mi cabeza, zarandeos, golpes en mis mejillas, nada funciona, mis párpados pesan demasiado.
-Destinee, por favor- ahora son susurros -Por favor- me digo a mi misma que ya no se trata de mí, sinó de nosotros, y en ese nosotros está él, preocupado y al borde del colapso, y no puedo permitir que eso pase.
Finalmente mis ojos se abren, pero aún y así todo es confuso, borroso y lejano. Quiero ver con nitidez la cara de Male, pero solo logro distinguir una cabellera negra, no soy capaz de enfocar sus ojos grises.
-Tiene la mirada pérdida- murmura Dwice.
A los pocos segundos algo se activa. El frío es mucho más directo e intenso. Parece que mi iris se contrae y logro enfocar. Mis pies se apoyan en el suelo y flaquean, ahogo un suspiro y me choco contra la pared a la vez que caigo de rodillas sobre el suelo de la gran bañera. Me ahogo. Ahora noto que alguien me eleva, no me puedo sostener sobre mí misma. Noto el pecho duro de Male entre sus brazos, me sostiene y no me deja tocar el suelo. La sensibilidad ha vuelto a mí en el momento en el que el agua fría ha impactado en mi cuerpo. Estallo en un fuerte llanto entre los brazos de mi chico, no lo puedo evitar, y no pienso hacerlo, no pienso reprimir ni un sollozo, ni un grito, si lo hago exploto.
-Sht- Male me eleva, pasando uno de sus brazos por mis piernas, y otro por mi espalda.
Noto que camina conmigo y me abrazo fuerte a él, traga sonoramente cuando mis gritos impactan en su cuello. Me mete en la habitación, se sienta en la cama y me sienta sobre él. Acuna todo mi cuerpo empapado y tembloroso en sus brazos y no dice nada, absolutamente nada. Mi llanto se calma pero estoy tiritando, no puedo evitarlo, el frío me invade irremediablemente y estar mojada no ayuda para nada a calmarme. Mis ojos están cerrados y estoy tiritando, no me siento con voluntad de abrirlos. Male me eleva y noto que me deposita en la cama, me tapa con algo y noto que ya no está más a mi lado. Me produce un pavor profundo la idea de que él se vaya, no quiero estar sola, no quiero que me deje.
-Male- balbuceo y mi voz es apenas audible. Entreabro mis ojos y lo descubro en el umbral de la puerta, es su sombra, todas las luces están apagadas.
-¿Qué pasa?- su voz es apenas audible a mis oídos.
-No te vayas- y una lágrima se escapa por mis ojos, los vuelvo a cerrar fuertemente.
Oigo como la puerta se cierra y a los pocos segundos el colchón se hunde a mi lado, noto que sus brazos me vuelven a cerrar alrededor de él.
-No me dejes sola- susurro y sus brazos me aprietan más contra él.
-Eso nunca mi amor- susurra contra mi oído.
Las lágrimas fluyen y ahora sí, caigo en un vacío tan grande que no soy consciente de si sigo viva o no.
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El monstruo III
Teen FictionTercera entrega de la trilogía "El monstruo". Alma oscura camuflada en ojos claros. Duro, frío, calculador. Dolor, tristeza, soledad... Sentimientos que hacen despertar a ese Monstruo. Ni siente, ni padece, dejó de hacerlo hace mucho tiempo. Una bes...