IX

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Male

Todo esto es mi culpa. Todo. Desde el principio hasta el final. Estoy sentado en la sala de espera. Su hermano no ha dejado de reprocharme que todo esto es mi culpa, en otras circunstancias le pegaría un puñetazo, pero tiene toda la razón del mundo. No he hecho nada más que dañarla desde que la conocí. No he hecho otra cosa, y cuando por fin parecía que había conseguido alejarla de mí, voy de nuevo, y vuelvo a meter la pata.

-Cómo le haya pasado algo, te juro que te voy a matar- sisea Drake. Tengo la vista clavada en el suelo.

-¿Quieres dejarlo ya?- dice Sam, enfadada.

-No, no quiero dejarlo ya, mi hermana está ahí dentro por culpa de tu hermano, por si no te has dado cuenta- espeta Drake, con brusquedad. Elevo los ojos a él, en advertencia. Puede estar todo lo enfadado conmigo que quiera, pero a Sam que no la toque -Joder- espeta, y se levanta con cabreo del asiento.

Puedo ver la exasperación en sus facciones. Ella se ha desmayado en medio de la ¿pelea? que hemos tenido cuándo me ha venido a buscar a mi casa. Se ha desvanecido. La he ido a coger, pero al caerse al suelo y no darme tiempo a cogerla, se ha golpeado con el pico de la mesa, y le ha empezado a salir sangre. No me había asustado tanto desde lo del cumpleaños de Dwice.

Llevamos una hora esperando y todavía no nos han dicho nada. Drake ya ha preguntado dos veces por ella, pero nos han dicho que no saben nada, que tenemos que esperar. Mi hermana se sienta a mi lado, y me pone una mano en el hombro, intentando reconfortarme.

-No le hagas caso, en el fondo sabe de sobras que no es culpa tuya- dice ella -Sólo está enfadado, y dice cosas que no quiere decir- me intenta animar, pero no tiene razón. Ella haría lo que fuese por tal de intentar aliviar mi conciencia en estos momentos.

-Él tiene toda la razón- siseo, con rabia -No he hecho más que hacerle daño, desde el momento en que la conocí, no he hecho otra cosa- le digo.

-Male...- intenta quitarle hierro al asunto, pero no va a conseguir nada.

-Cuando estamos enfadados o con rabia es cuándo decimos realmente lo que pensamos, el filtro desaparece- miro a Drake, que está de espaldas a nosotros, mirando por la ventana, su cuerpo está rígido. Entiendo su odio hacia mí en estos momentos.

Mi hermana no dice nada más, pero se queda a mi lado, sentada. Pasa una media hora más y seguimos en silencio, sin que ninguno de los tres abra la boca, hasta que por fin, un doctor llama a los familiares de señorita Keatton. Los tres nos levantamos.

-Ella está estable ahora mismo- informa el doctor -Pero está sedada, hemos tenido que darle puntos en la cabeza- nos avisa -Vamos a tener que tenerla en observación toda la noche, para ver si ha habido secuelas en el momento en que despierte- Drake asiente.

-¿Podemos entrar a verla?- pregunta Drake, con desespero.

-Claro, pero ella ahora mismo está profundamente dormida, y tiene para largo- miro mi reloj. son cerca de las diez.

Drake entra, y Sam se queda en la puerta. Yo soy reacio a hacerlo. Ni si quiera sé si Drake me va a dejar hacerlo. Me quedo ahí sentado, esperando. Veo cómo mi hermana entra y cierra la puerta tras ella.

Paso las manos frenéticamente por mi pelo. Esto es una verdadera mierda. Suena mi teléfono y lo cojo al instante.

-Colega, ¿dónde estás? Habíamos quedado hace media hora- oigo la voz de Dwice al otro lado de la línea. Mierda, se me ha olvidado avisarle.

-Estoy en el hospital- le aviso.

-¿Qué mierda ha pasado ya, Male?- pregunta Dwice, con preocupación en la voz -¿Con quién te has peleado ya?- me pregunta. Ni si quiera tengo ánimos para rodar los ojos.

El monstruo IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora