Intento de asesinato con un cuchillo de plástico.

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A causa de estar preocupado por Daichi, el castaño no pudo dormir muy bien, se despertó varias veces durante la noche, se podría decir que en parte se pasó la noche en vela, ya que cada vez que se despertaba le costaba un buen rato volver a dormirse.

Puede ser que se estuviera preocupando demasiado, pero no lo podía evitar, sabiendo que a lo mejor a Daichi se le hubiera olvidado enviarle un mensaje, o que estaría hablando con su madre, ya que como dijo el día anterior no estaba tan loca gracias a la medicación que ella tomaba.

En cuanto sonó el despertador, se levantó para prepararse para ir al instituto. Se fue al baño comprobando que tenía unas enormes ojeras de no haber podido dormir bien en toda la noche.

Salió de casa bastante deprisa ¡Se moría de ganas de ver a Daichi! Y comprobar que todo estaba en orden, y que su mente le jugaba malas pasadas.

Se esperaba que el menor estuviera en la entrada del instituto como solía estar a veces esperándolo, mas se llevó una decepción al comprobar que no estaba allí. Se quedó allí hasta que tocó el timbre, y corriendo se tuvo que ir a clase para no llegar tarde.

Por suerte al llegar, no estaba el profesor. Suspiró, se sentía aliviado, no tendría que ser regañado.

Kaoru lo miraba extrañado, no era normal que él llegase por los pelos, por así decirlo, siempre era puntual.

-Hyo, ¿te ha ocurrido algo esta mañana? Es raro que llegues tarde-dijo su amigo poniéndole una mano en el hombro preocupado.

-Sí, estoy bien, solo me quedé esperando a Daichi, pero no vino…-suspiró preocupado, no iba a poder concentrarse en las clases.

-Ya verás como estará bien, no te preocupes demasiado ¿vale?

-Eso intentaré, gracias-sonrió dulcemente.

Kazuki, estaba en la clase bastante aburrido, Daichi no estaba para intentar sacarle información sobre él, y a decir verdad también estaba preocupado, nunca faltaba.

-Qué raro que Daichi no haya venido, ¿no crees, Rui?-le comentó al moreno, quien se demostraba con desinterés ante la situación.

-Sí, algo raro

-Creo que mañana iré a su casa, para comprobar si se encuentra bien- Sí, Kazuki, había conseguido encontrar la casa de Daichi, ¿cómo lo consiguió? Su casa queda muy cerca de la suya, y un día de casualidad, le encontró metiéndose en ella, así que supuso que era la suya.

-No le estarías espiando, ¿verdad?

-¿Yo? ¡No!-negó el rubio agitando un poco las manos. Rui soltó una leve risa, meterse con él también era divertido-Jo, Rui, que malo eres.

-Tal vez vaya contigo, mañana, pero solo si falta

-¿Estás preocupado por él?

-¡No! ¿Quién se iba a preocupar por ese idiota?-Rui miró hacia la ventana con los mofletes inflados, Kazuki en cierto modo le había pillado, estaba preocupado, sí, pero no lo iba a admitir delante de él, ni de nadie.

A la hora de la salida, Hyo se despidió de Kaoru, y salió corriendo hacia la casa de Daichi. Aunque antes, se paró un momento para mirar hacia atrás. El pequeño Rui corría detrás del rubio, llamándole.

-Afeminado, ¿no te dije que me esperases?-le dijo con cierto tono molesto.

-Puede que se me olvidase-le contestó Kaoru rascándose la nuca, realmente se le olvidó.

-¡Puede no! Se te ha olvidado por completo

Hyo rió mientras observaba la escena, hacían muy buena pareja. Sin perder mucho más el tiempo, se dirigió a la casa de Daichi rápidamente, al fin podría verle.

La esperanza llegó con él (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora