Pietro Maximoff: Secuestrador

𝙳𝚒𝚎𝚌𝚒𝚗𝚞𝚎𝚟𝚎𝚊𝚟𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

Pietro

Mis puertas y ventanas están cerradas. Luna y yo hemos movido los muebles que no llevaremos con nosotros para bloquear las puertas, en caso de que alguien se las arregle para forzar la cerradura.

Es mi día, y estoy decidido a levantarme como yo quiera. En el par de meses pasados, he sido bombardeado con planes de boda. Esos Barton no hacen nada a medias, así que terminé envuelto en una descomunal cantidad de decisiones para tomar.

Afortunadamente, tengo a Peter. Él está ahora de vuelta en la Universidad, pero hace visitas frecuentes para lavar su ropa, meterse conmigo, y pelear y besuquearse con Logan. Fue él quien trajo nuestro brillante sistema de toma de decisiones.

Dardos.

Puedo elegir las opciones que me gustan, él las coloca aleatoriamente en un pizarrón de corcho, y nos turnamos para arrojar los dardos. Donde quiera que aterricen, se lo hago saber a las damas de honor. Se impresionaron con mis habilidades para elegir rápidamente, hasta que descubrieron cómo lo había hecho.

Solo hay tres cosas que elegí: los colores, el pastel, y al novio. Para todo lo demás, busqué la ayuda de otros.

Edith me ayudó con la locación, Tony me ayudó a encontrar el traje perfecto, y Wanda supervisó a los alfas con sus tareas. Ella tuvo el trabajo más pesado.

He estado en incontables pruebas, fiestas y despedidas. Clint y yo trabajamos juntos para tener su casa lista para que Luna y yo nos mudemos junto con Cedric y el maldito gato.

También tenemos que mover la casa del árbol. No hay manera de que la dejemos atrás. Todo está listo y planeado. Todo lo que tengo que hacer es vestirme y decir

— Acepto

Ruedo sobre mi costado y abro mis ojos, solo para encontrar un par de pequeños pies. Luna y yo tuvimos nuestra última noche para nosotros dos solos, así que jugamos juegos casuales hasta que se pasó a mi cama.

Aparentemente, se giró en algún momento de la noche. Bajo la mano y cosquilleo ligeramente la parte de debajo de sus pies para despertarla.

Sus risitas adormiladas alcanzan mis oídos, así que me bajo y la jalo para voltearla y poder verla.

— Necesitamos levantarnos y ponernos en marcha. Si vamos a ser Barton, tenemos que aprender a estar a tiempo para las cosas.

— Necesito algo de café — dice Luna, estirando sus brazos sobre su cabeza.

— Tú no bebes café — contesto, haciéndole cosquillas otra vez.

Baja sus manos, como un intento de bloquearme.

— De acuerdo, de acuerdo, tomaré jugo.

— ¿Tienes todo empacado? — pregunto.

Ella, Cooper y Lila van a pasar la semana con sus abuelos, mientras Clint y yo nos iremos a nuestra Luna de Miel.

— Sí, Capitán. — contesta.

Me siento.

— Entonces, pongámonos en marcha, cachorra.

Cepillamos nuestros dientes y tomamos algunas cosas que no hemos llevado a casa de Clint.

No vamos a vivir en esta casa nunca más, pero podemos seguirla visitando.

Alegando que le ha gustado el vecindario, Wade la ha comprado con todo y los muebles que no me voy a llevar. Le deseo suerte. Estas personas están locas. De hecho, probablemente él va a encajar muy bien.