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¿Recuerdan esa etapa en su vida en donde todo era mas fácil? A Jimin siempre le gusto jugar con sus vecinos, en especial con unos peluches de felpa que eran súper suaves. La delicadeza y terneza habitaron en él desde muy pequeño, amaba como se sentía el tocar algo tan aterciopelado causando una sonrisa casi instantánea en él.
Jimin tuvo una infancia bastante cálida, las quejas que le podría presentar a sus padres son casi nulas. Aunque, si hay una cosa que condicionó gran parte de su personalidad fue el perseverante cuidado que tenían sobre él. Por esto fue que Jimin apenas socializaba con los niños de las casas vecinas, sus padres e incluso otros miembros de su familia prestaban suma atención a aquellos que se acercaban a él. Si bien existe una gran parte de la sociedad que tiene prejuicios hacia los omegas hombres, hay muchos otros que los ven como premios u objetos con un altísimo valor monetario debido a su rareza. Incluso antes de que Jimin se manifestara como omega todos a su alrededor se habían percatado de ello, era difícil no notarlo debido a su belleza y fragilidad.
Su mejor amigo en ese entonces era un beta de planas mejillas con un presente color canela en su piel, a pesar de ser mayor a Jimin, este último lo superaba en altura lo que se le hacía ciertamente gracioso. Para sus padres era el compañero de juegos perfecto, pues no les despertaba ningún tipo de inquietud, les parecía un niño muy lindo y educado. Presentaba indicios de un futuro prometedor.
Desafortunadamente, su amistad duró relativamente poco ya que su amigo se mudo a otra ciudad cuando aún eran muy pequeños. No lo volvió a ver pero tiene lindos recuerdos de su infancia gracias a él.
Cuando entró a primaria no tuvo grandes complicaciones ya que muchas omegas niñas se le acercaban admirando su hermosa belleza, queriendo ser sus amigas, tener fiestas de té y vestirlo con muchas de sus prendas. Sin embargo, a plenas vísperas de empezar secundaria la admiración se convirtió en envidia y rencor, Jimin se había hecho un renombre entre todos los alumnos por el hecho de ser considerado "uno en un millón". Se podría decir que eso hacía que se generara algún estándar dentro de los omegas, aunque Jimin no lo entendiera, se fueron distanciando de él poco a poco, dejándolo solo. Teniendo en cuenta sus pocas habilidades para acercarse a alguien y socializar siguió así lo que le restaba de primaria.
Ya en su adolescencia se la paso acompañado de compañeros momentáneos y casi no llegaba a conectar con ellos. Sus pensamientos en ese entonces se basaban en creer que el hecho de que varios no quisieran acercarse o que las miradas venenosas eran por culpa suya. Se rehusaba a pensar siquiera que la gente era capaz de poseer tal desidia para hacerlo por simple resentimiento. Su época de secundaria finalizó con él sin números en su teléfono para llamar o chatear, y con una promesa hacía si mismo que consistía en ser más despreocupado y abierto a sugerencias de amistad cuando se encuentre en la universidad.
Es de este modo que Jimin se encuentra en el departamento de artes escénicas de su universidad. Nunca pensó que el campus fuera tal que omegas, betas y alfas de todos las clases se presentaran ante él apenas caminando a su salón de clases. A pesar de haber una estricta regla de usar supresores tanto omegas como alfas se podía sentir en el aire las mezclas de ligeros aromas más la tensión por ser el primer día.
