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Había un hecho que Jimin hubiera querido no notar en ese momento.
Era cierto que había sentido muchos olores de otros omegas en su vida, incluso de alfas. Las calles en ocasiones eran una perfumería completa, él sostiene firmemente que cada quién es merecedor de su olor propio y que se le debe dar visibilidad ya que es una de las cosas que los hacían únicos. Un pensamiento muy pacifista y amoroso con los demás, porque eso era Jimin, a veces los que lo observaban se preguntaban cómo podía caber tanta solidaridad y aprecio en una persona tan pequeña.
Pero presenciar esa escena rompió con toda esa concepción que creía que le era natural mantener. Era como si aquella beta hubiera destrozado en pedacitos su amor y compasión por aquellos que portaban algún olor, ya que no es algo de lo que él justamente pueda quejare, nadie decide o tiene la posibilidad de cambiar su fragancia. Nunca pensó que podría tener un sentimiento tan egoísta creciendo desde el fondo de su alma y causando estragos en todo su cuerpo. Nunca creyó que odiaría a una persona por su olor, o más bien, por el olor que traía proveniente de alguien más. Porque si íbamos a ser justos, la beta en sí no tenía un aroma, estaba odiando a alguien sin olor, estaba a punto de saltar encima de alguien sin alguna explicación coherente solo porque traía la escencia de Jungkook encima suyo.
Sin mencionar, el fuerte olor a sexo que se sentía en el aire.
No solo le molestaba cada fibra de su cuerpo y su omega le exigía explicaciones que el no estaba ni en posición de preguntar ni de responder, sino que su corazón no dejaba de hacerle pasar un momento muy complicado.
Taehyung notó todo esto y al ver lo que podría ocasionarse tomó cartas en el asunto.
—Por allí— Dijo señalando el refrigerador con un brazo y ubicando el otro delante del pecho de Jimin, indicándole que no se acercara a la beta porque no podría controlarse—. Dentro hay unos sándwiches que Jungkook ama con locura, sube eso y te aseguro que estará satisfecho.
—¡Que amable!— Jimin siguió con la mirada a la beta hasta que tomó los sándwiches y dejó de verla.
Una vez que el ambiente volvió a calmarse Taehyung suspiró profundamente y se topó con la sorpresa de que Jimin estaba apretando con fuerza su brazo. No quería indagar en la situación, preferiría no meter su nariz en cosas que no podía comprender, mucho menos experimentar. Por lo que despacio y disimuladamente liberó su brazo y Jimin lo miró como esperando una respuesta.
—Emm...— Estaba inquieto, no sabía como dispersar el mal entorno que impuso la beta con su llegada— ¡Película!
—¿Película?
—¡Película!
—Cierto la película...
—¡Película!— Tenía que sentirse confiado en sus palabras para que el omega no se diera cuenta de que había dicho lo primero que se le cruzó por la mente que creía que podría salvar la situación, de hecho, originalmente era algo que tenía planeado hacer el solo. Sin embargo, la idea de agregar a Jimin al plan vino de una fibra muy interna de Taehyung que le hizo sentir pena por el omega.
