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Se encontraba en su oficina mientras pensaba en todo lo que había ocurrido la noche anterior.
Realmente Jimin lo subestimó.
Le resultaba increíble que incluso con advertencias el omega haya decidido tratar de escapar ¿Qué tan cabeza dura tendría que ser para no darse cuenta de la exorbitante seguridad que tenía la mansión? Tan pronto como Jimin empezaba a sacar las sábanas de su habitación Jungkook supo lo que haría. El hecho de tener cámaras escondidas en todo el espacio por el que Jimin se moviera lo hacía más sencillo. Además de tener sensores de movimiento rodeando toda la mansión y sus alrededores.
Nadie pudo salir de ahí sin autorización y ese impertinente omega no se convertiría en la excepción.
No lo detuvo apenas vio qué intentaba, eso no sería divertido. Si a Jungkook algo le gustaba era fusionar sus objetivos con su goce personal, desde la captura de Jimin estaba mucho más enérgico y animado. Muchos podrían decir que es un placer culposo, pero el alfa encontraba gusto en el sufrimiento de los que él deseaba que sufrieran. Ver a Jimin desesperado por huir lo llenaba de un sentimiento tan satisfactorio que no apartaba su mirada de él, quería ver qué tan lejos podía llegar. Lo compadecía, pensó que él no sabía nada de lo que estaba ocurriendo, y el omega no pudo haber cometido peor error que ese, ya que Jungkook lo supo la mayor parte del tiempo.
No tenía precio ver el pánico y las lágrimas en sus ojos. Jungkook creía que era un muy buen ejemplo para que Jimin abriera los ojos, las ilusiones son efímeras, el hecho de que sea tan difícil alcanzarlas lo confirma ¿Qué tan lejos creyó que iba a llegar? Era idiota, muy idiota.
En lo que respecta al alfa, las últimas horas habían sido bastante excitantes. Pero no podía arriesgarse a que algo como eso volviera a pasar.
Cumpliría su palabra y tomaría acciones.
Jungkook creía que el omega tenía aires de querer igualarlo y por nada del mundo permitiría algo así. Era un alfa, un alfa puro para rematar. Alguien de tan bajo mérito como él solo conseguía jugar con su paciencia y Jungkook no tardaría en responder. Si las cosas iban a ser así él era la persona más preparada para afrontarlo. Era una mezcla de sentimientos muy extraña pero no tenía ni una pizca de designio que lo hiciera echarse para atrás. Todo lo contrario, nunca estuvo tan interesado en convertir a una persona como Jimin en un completo desastre rogándole por piedad, lo tranquilizaba tanto pensar en ello. Porque sabía que pasaría. El terminaría ganando.
Aunque si quería que toda esta locura funcionara necesitaría ayuda.
Si había alguien en quién Jungkook plenamente confiaba era en Kim Taehyung, no sólo porque trabajaba para él y se conocían hace muchos años, sino porque el beta se lo debía.
Taehyung puede ser su cordura y su peor elección, siempre existe esa incertidumbre entre ellos. Por eso no dudó en pedirle que acate sus órdenes una vez más para satisfacer y alimentar ese lado descarado que Jungkook descubrió por casualidad.
