Capítulo 5: Cita cuádruple

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(Kageyama)

Desde el día en que Daichi prometió cuidarme, las cosas comenzaron a cambiar en mi vida. Él suele quedarse a dormir en mi casa, o me lleva a la suya, ya hasta tengo la mitad de mi ropa allá. También me lleva a citas y me llama con apodos muy lindos que me hacen sentir cálido por dentro.

Nunca fui alguien a quien le gustará mucho el afecto físico, pero con Daichi es diferente. Al principio, me tensaba cuando me abrazaba o me tomaba de la mano, pero ahora... ahora espero que lo haga, o a veces, yo simplemente lo hago. Me gustan demasiado sus abrazos.

Eh de decir, que algo que nunca espere, es tener una cita cuádruple de almas gemelas con gente de Tokio. Ni siquiera estoy seguro de que mi destinado lo haya planeado...

Está mañana, desayunamos en su casa e íbamos a salir a caminar, cuando Kuroo-san, Bokuto-san y Kenma-san aparecieron en la puerta, con sus almas gemelas.

- ¿Qué hice para merecer esto? -Escuche a Daichi murmurar, mirando a los recién llegados.

- ¡Vamos a hacer una cita cuádruple, Daichi! -Bokuto-san exclamo, muy feliz.

-Daichi, que malo eres. ¿Cómo no nos contaste que habías encontrado a una de tus almas gemelas? -Kuroo-san regañó a mi destinado.

-Yo tampoco se los diría. -Comentó Yaku-san.

-Completamente de acuerdo. -Kenma-san asintió, a su lado.

- ¡Akaashi! ¿Tú si nos lo dirías, cierto? -Bokuto-san se volvió hacia su alma gemela.

-Claro que sí. -Asintió esté.

-En tus sueños. -Kenma-san agregó, y una pequeña sonrisa se formo en la cara de Akaashi-san.

De está forma, mi destinado y yo nos encontramos siendo arrastrados hacia un centro comercial con los demás.

Kuroo-san y Bokuto-san, ni bien llegamos, secuestraron a Daichi, y desaparecieron. Fukunaga-san, el alma gemela de Kenma-san, fue el único que no se aparto de su destinado.

Akaashi-san suspiro, negando con la cabeza, y Yaku-san comenzó a murmurar insultos. Creo... que no es la primera vez que los abandonan en una cita... no es que a mí me haya pasado... hasta ahora...

-Lo siento, Kageyama-san. -Akaashi-san se volvió hacia mí. -Creo que arruinamos tu salida. –

-Golpeare a mi alma gemela cuando la encuentre. -Yaku-san gruño.

-Está bien, creo que es divertido pasar tiempo con ustedes... aunque sea sin nuestros destinados. -Asegure.

En el campamento de entrenamiento en Tokio, las personas con quienes más pase mi tiempo, fueron Akaashi-san y Yaku-san. Ambos son muy agradables y tranquilos.

Vi a Fukunaga-san hacer unas señas a Kenma-san, y luego, al setter hacerle señas también.

-Shohei pregunta si queremos mirar tiendas en lo que encontramos a los dos idiotas que huyeron con el novio de Tobio. -Kenma-san nos habló.

¿Cómo...? ¿Acaso...? ¿Fukunaga-san usa lenguaje de señas con Kenma-san?

-Bueno, ya que estamos aquí, no veo porque no podamos mirar algunas cosas. -Yaku-san sonrió.

-Suena bien para mí. -Akaashi-san asintió.

-También estoy de acuerdo... -Asentí. -Um... Kenma-san, ¿cómo es que Fukunaga-san pregunto si queríamos ver tiendas? –

-Oh, claro. No lo sabes. -Yaku-san me miro. -Fukunaga se comunica con Kenma a través de lenguaje de señas. Es una cosa de ellos dos. –

-A Shohei no le gusta mucho hablar, así que usamos lenguaje de señas. De paso, evitamos que todos sepan de lo que hablamos. -Kenma-san me explicó.

Mi Leal CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora