Capítulo 9: Por siempre voy a amarte

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(Daichi)

No diré que soy obsesivo, solo estoy preocupado...

Tobi tuvo que irse con Yamaguchi hoy porque prometió ayudarlo con algo, sin embargo, me dijo que me enviaría un mensaje cuando llegara a su departamento y mi teléfono aun no sonaba...

Estaba por llamarlo, cuando el timbre de la puerta comenzó a sonar, una y otra vez.

No sé qué esperaba al abrir... a mi vecino preguntándome si podía prestarle algo... a alguien queriendo vender alguna cosa... No esperaba, en lo absoluto, a mi alma gemela llorando y temblando.

-Tobi...-Murmuré y abrí los brazos.

Enseguida, mi bebé se lanzó sobre mí y me aferro con fuerza.

Cerré la puerta con el pie, y cargué a mi niño hasta mi habitación, arrullándolo.

¿Por qué esta llorando? ¿Habría pasado algo malo? ¿Alguien lo asusto? Quiero saber...

-Bebé...shh...shh, está bien... -Trate de hacer que me mirara. -Amor, ¿qué sucedió? ¿Estas herido?... Dime que pasa, cariño.-

Odio ver a mi bebé llorar, me molesta.

Seguí arrullando a mi alma gemela y comencé a mecerlo adelante y atrás. Al poco tiempo, se calmó y se despegó de mí.

-Hey... ¿estás bien? ¿Qué paso? -Cuestione suavemente, limpiando los rastros de llanto de su cara.

- ¿Te gusta ser mi alma gemela? - Me pregunto con la voz rota.

Eso no me lo espere... claro que estoy feliz con él, ¿por qué no lo estaría?

-Claro que sí. -Asentí. -Bebé, ¿qué sucede? –

- ¿Alguna vez pensaste en tener a alguien más como tu alma gemela? ¿O que yo... directamente no lo fuera? -Siguió cuestionándome.

¿Por qué iba a pensar en tener a alguien más? Si el destino nos puso la misma marca, es por algo. ¿E imaginar estar sin él? Siempre quise conocerlo, por supuesto que no iba a pensar en dejarlo. Prometí que jamás lo haría.

-Tobi, escúchame. Eres mi alma gemela, y yo te adoro, ¿por qué iba a querer a alguien más? Me encanta como eres y te quiero a ti. No al vecino, ni a alguno de nuestros amigos. A ti. Siempre quise conocerte y ahora que te tengo, ¿por qué habría de alejarme? -Explique. -Cariño, yo te amo. Solo a ti, y no quiero a nadie más, ¿de acuerdo? –

Vi a mi Tobi asentir despacio y volver a esconder su cara contra mi cuello.

-Bebé, dime qué te hizo pensar esas cosas. -Suspire. - ¿Acaso tu no me quieres a mí? –

- ¡Claro que no! -Él me respondió, separándose alarmado. -Yo te quiero... pero... -

- ¿Qué sucede? -Enserio quiero saber.

-Te vas a enojar... -Murmuro.

Creo que es muy tarde para considerar eso... estoy enojado desde el momento en que insinuaste que alguien te hizo pensar que yo no te quiero, Tobi.

-No importa. Tobi, explícame. -Ordene.

-Me... me encontré a Oikawa-san... -Comenzó.

¡Y claro que Oikawa tenía que ver con esto! ¡¿Quién más haría llorar a mi niño?!

-Él... y yo hablamos y... no estoy seguro de cómo, pero... termino diciéndome que desearía que yo no fuese su alma gemela, y que no le gustaba que fuese parte de su marca... y... -Las lágrimas volvieron a caer por los ojos de mi novio. - ¿Tú también piensas eso? ...Dai... ¿es tan malo tenerme como alma gemela? –

Oikawa. Es. Hombre. Muerto.

-Tobi, eres una gran alma gemela, y a mí me encanta tenerte conmigo. Amo nuestra marca, y te amo a ti. Nunca pienses lo contrario. -Hable. -En cuanto a Oikawa... creo que las cosas ya han llegado demasiado lejos. –

-Yo... también adoro nuestra marca y adoro que seas mi alma gemela. -Me sonrió. -Y con respecto a Oikawa-san... ¿qué quieres hacer? –

Matarlo, pero desgraciadamente, me llevarían a la cárcel y no podría cuidarte desde allí, Tobi.

-Sé que no quieres hacerles daño, ni a él, ni a Iwaizumi... pero ellos te siguen lastimando y ya no lo tolero. -Me exprese. -Tobi... creó que es hora de que le demos un fin a esto, ¿no lo crees?... No los necesitas. Ni tú, ni yo. Nos tenemos el uno al otro... así como ellos se tienen entre sí. Es hora de acabar. –

Ya es hora de que todo termine. Elegí mi lugar a tu lado, Tobi. Así como tú me elegiste a mí. Soy tu caballero y tú mi rey. Te amare por siempre, así que, es suficiente.

Mi Rey, es momento de que demuestres que no pueden seguir pisoteándote. Demuéstrales que no los necesitas. Hazles lo mismo que te hicieron. 


Mi Leal CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora