1 - My Vampire System

132 - Cuenco de sangre

132 - Blood Bowl

Por un momento la moral de todos aumentó, por primera vez volvieron a tener un rayo de esperanza, cuando vieron caer al poderoso Dalki al suelo. No sabían por qué Quinn era tan poderoso, o por qué lo estaba escondiendo antes, y francamente no les importaba porque todos ellos solo tenían un pensamiento en mente.

'¡Quiero vivir!'

Después de ver ese poderoso ataque de Quinn, sintieron que podrían sobrevivir a esto después de todo, pero ese sentimiento de felicidad no duró mucho. Unos segundos después de que el Dalki cayera al suelo, envió a Quinn a volar con un solo golpe de su puño, Quinn volaba directamente hacia el otro edificio, el que aún estaba intacto.

Cuando Quinn golpeó el edificio, su cuerpo se estrelló contra la pared y cayó al suelo.

"¡¿El está bien?!" Peter gritó.

"Ese tipo puede recibir mucho más daño que eso", dijo Vorden. Créeme, lo sé por experiencia. Algo así no es suficiente para matarlo.

Layla miró al cielo, inmediatamente se dio cuenta de que había algo más por lo que debían preocuparse. Mientras Quinn tuviera un suministro constante de sangre, él estaría bien, pero en este momento, algo le impedía usar todos sus poderes, por supuesto, se refería al sol.

Ahora se dio cuenta de por qué Quinn había proyectado una sombra rodeándolos a todos, y cómo era capaz de luchar tan bien a pesar de que el sol todavía estaba alto. Al mirar el cielo, notó que finalmente estaba comenzando a ponerse, los colores se estaban desvaneciendo de su amarillo brillante a naranja. Solo sería cuestión de tiempo antes de que finalmente fuera de noche en este planeta.

"¡Tenemos que llegar a Quinn!" Gritó a los demás.

Sin embargo, sus gritos fueron inútiles, nadie avanzó, incluida ella. Quería entrar y ayudarlo, pero enfrentarse a un enemigo tan poderoso era como suicidarse.

"¡Eso fue impresionante!" Dijo el Dalki con una sonrisa en su rostro. Sus dientes estaban ahora en exhibición completa, eran un poco extraños en comparación con los dientes humanos normales. Parecían los de un cocodrilo, cada diente estaba afilado como una navaja y se superponían entre sí.

"Escuché que había algo llamado 'artes marciales' que usan los terrícolas. Nunca creí que pudiera ser algo útil, hasta ahora. De hecho, lograste pasar por alto mi piel dura y lastimarme por dentro".

Cuando el Dalki comenzó a caminar hacia donde estaba Quinn, algo extraño estaba sucediendo en su espalda. La única punta en su espalda comenzó a pulsar y brillar con un ligero color azul. "¿Sabías que cuanto más se lastima un Dalki, más fuerte se vuelve?" Dijo con una sonrisa malvada en su rostro.

Los demás se dieron cuenta de que no era un farol, podían sentir una energía extraña saliendo de su cuerpo cada vez que se encendía la punta de su espalda.

Cuando el Dalki intentó dar otro paso hacia adelante, sintió algo parecido a un campo de fuerza que lo tiraba hacia atrás y lo frenaba. Esto hizo que sus movimientos se sintieran increíblemente lentos.

'¿Viene del chico de antes? Pero es imposible que no se haya movido desde que probó esas lanzas de hielo.' Pensó el Dalki.

"¡Chico loco!" Layla gritó, mirando a Vorden con ambas manos extendidas.

"¿Qué está tratando de hacer este feo dinosaurio?" En la habitación negra dentro de la mente de Vorden, tanto Vorden como Raten ya no estaban en el asiento, Sil se había hecho cargo. "¿Estás tratando de quitarme a Quinn?" El grito.

El Dalki luego giró la cabeza lentamente usando su fuerza y ​​vio a Vorden parado allí. "El chico de antes, pero cómo se volvió tan fuerte. No era así antes. Ustedes, los terrícolas, no son nada como nos dijeron, y ni siquiera son adultos, solo son estudiantes". Dijo el Dalki.