DÍA 40: PICNIC.

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Era temprano en la mañana, cuando mi hermano me llamo a la habitación, pero estaba rico el clima para seguir durmiendo, Charles no lo había visto en días, estaba ocupado arreglando unos papeles, tenía que mandar las solicitudes para la universidad, él me dijo que cuando terminará eso, estaría conmigo, que lo primero que haría era llevarme a un lugar especial.

-Jane, abre, tengo que decirte algo importante –Mi hermano desde el otro lado de la puerta decía. Lo ignoré.

Al rato escuche voces en el pasillo, después alcancé oír como mi puerta había sido abierta, luego un peso en mi cama, cuando medio abrí los ojos, no era mi hermano quien estaba acostado, era él, con una sonrisa y yo le devolví la sonrisa, un beso y dijo “Despierta mi hermosa dormilona” Me reí,  era bello verlo así, inmediatamente reaccione, mi mamá no lo dejaría subir a mi habitación.

-¿Mi mamá te dejo subir? –Con voz ronca y estirándome un poco.

-No, fue el pequeño, me dijo que había salido, tuvo que haber ido comprar, se acabó la leche.  

-¿Qué hora es? –le pregunte.

-Son las siete y media de la mañana.

-¿Tan temprano? –Dije tratando de ponerme las sabanas encima.

-Sí y es mejor que levante tu perezoso trasero y este abajo en menos de 15 minutos –Lo miré y alcé una ceja, solo sonrió y me dio un beso, fue a dirección de la puerta, antes de salir –Por cierto, ponte algo cómodo y zapatos deportivos, caminaremos mucho –Y se cerró la puerta, por unos minutos me quede en cama.

Me puse de pie, fui a tomar un baño rápido para levantarme, me puse unos jeans, botines, una blusa ligera y un abrigo ligero. Sí íbamos a caminar mucho, capaz que me llevaría al bosque, será llevar una mochila, coloque unas linternas, entre las cosas, encontré dos termos de aluminio para cuando sabíamos ir de excursión con papá. Los llevé, conmigo los llenarías con agua fresca, me hice una coleta y lleve una gorra. 

-Un momento –Le dije cuando bajé y lo vi que estaba sentado en el sofá con mi hermano unas caricaturas, se reían, era lindos verlos que se llevaban bien, -Mamá, mi hermano me dijo que habías salido –me sorprendió verla ahí.

-Bien dicho, había –Dijo mientras hacía el desayuno.

-Mamá… -antes de que pudiera terminar mi madre me interrumpió.

-No te preocupes, ya Charles me dijo cuáles eran sus planes pero que no te dijera cuales eran, porque es una sorpresa.

-Está bien –le dije mientras me acercaba a la refrigeradora, había puesto agua, en la noche anterior, con las lluvias, solía hacer por rato mucho calor. Les puse agua y las guarde en mi mochila no estaba tan pesada, me despedí de mi familia y de Thor, por supuesto. Me lleve un paraguas, no es malo de estar prevenida.

Charles condujo a dirección del pueblo pero no fue allí donde me llevaría. Después de unos kilómetros donde se encontraba el pueblo, se metió a una carretera de polvo, bueno de lodo, pero no era tan profundo, luego condujo por unos veinte minutos cuando detuvo el carro, dijo que lo siguiera, antes fue al maletero, donde saco una cesta. Caminamos por unos diez minutos dentro del bosque, cuesta arriba. Llegamos a un claro donde había un pequeño campo de margaritas, la cual podíamos observar el pueblo, las montañas que lo rodeaba y el lago era mágico, del cesto saco un ramo margaritas, me lo dio y sacó una manta.

Tuve una linda mañana junto a él, disfrutando del paisaje, de su compañía, de la comida que la mamá la había ayudado a preparar.

Estuvimos un rato más disfrutando del sol que poco a poco iba tomando con más fuerza. Nos acostamos, miramos las diferentes formas que hacían las nubes, nos reíamos de las ocurrencias del uno del otro, nos besamos muchas veces, era muy especial como lo había prometido, sabía que era amor y que cualquier paso en falso sería la destrucción total, de una nuestra hermosa relación.

60 DÍAS JUNTO A ÉLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora