✦• Dedicado a: Takitoh-kun •✦
Ese día amaneció particularmente mal. A fin de cuentas, no había podido dormir. A diferencia de Tsukasa, él no tenía nada que le recordara sus feromonas.Lanzó un suspiro sintiendo la cabeza abombada por la falta de sueño. El pequeño omega estaba saltando de un extremo al otro alegando lo mucho que lo había extrañado y que tan feliz estaba de volver a verlo. Habían pasado menos de seis horas separados en las cuales el menor simplemente durmió. Estaba gritando demasiado para su gusto.
ㅡ ¡Vamos, Amane! ㅡ Exclamó en plena euforia por el reencuentro.
Se habían despertado más temprano que ayer. Era torturante. El pelinegro parecía estar emocionado, vería su programa preferido por dos días seguidos.
ㅡ ¡No te haré el desayuno si no te levantas~! ㅡ Tsukasa mantenía el entusiasmo de todos los días. Sin embargo, al alfa parecía pesarle hasta la manera en la que respiraba. El ritmo del chico no iba muy bien con su situación actual.
ㅡ Está bien, está bien. Ya voy, ya voy... ㅡ Comentó harto de que tironeara su brazo. El omega sonrió.
ㅡ ¡Te espero abajo, no te quedes dormido!
ㅡ Si, si. ㅡ Dijo en un bostezo.
No sabía si era por la falta de sueño o el estrés de los días recientes, pero Amane se sentía irritable. De hecho, quisiera haber tomado a su gemelo para arrullarese y dormir hasta que el sol se oculte; o hasta que Hiroki aparezca para ver como estaban. Ah, Hiroki-san, ella se encargaba de que no les faltara nada mientras su madre estaba en aquellos largos viajes y conferencias sin exigirles nada a cambio, o así había sido hasta hace unos días. La omega le pidió una sola cosa y ni siquiera era capaz de cumplirla. Aquella reflexión influyó en su mal humor.
Se levantó lanzando un sonoro suspiro. Acomodó un poco las sábanas y salió sin preocuparse por cambiarse. Arrastró los pies por la madera, tomándose un segundo antes de bajar las escaleras. Miró la habitación de Tsukasa, descifrando las figuras detrás de la puerta entreabierta. Podía ver la diversa decoración, mejor aún, podía sentir las feromonas de su hermano desde donde estaba. Pensó por un momento lo agradable que sería dormir allí, no debía esforzarse ni en cerrar los ojos.
ㅡ ¡Amane, ya está listo el desayuno! ㅡ Gritó una vocesita desde la cocina sacándolo de su ensueño.
ㅡ ¡Ya voy! ㅡ Respondió dando un bostezo mientras bajaba las escaleras.
Se apresuró para llegar donde el omega. Tsukasa estaba de espaldas sirviendo la porción de Hot Cakes correspondiente en cada plato. El mayor lo abrazó por detrás, recargando la cabeza en su hombro para refunfuñar un poco.
ㅡ ¿Tienes sueño, Amane? ㅡ Acarició sus cabellos con una mano mientra reía por lo bajo.
ㅡ Si, estoy cansado. ㅡ Se quejó sin despegar su rostro el cuello ajeno.
El menor se giró sobre sus talones para quedar cara a cara. Luego, se inclinó hacia atrás, sosteniéndose en el mueble.
ㅡ Nee~ ¿qué quieres comer primero, Amane? ㅡ Canturreó subiendo y bajando las cejas.
El nombrado estuvo un par de segundos en completo silencio, tratando de procesar lo que había dicho. Sus mejillas se sonrojaron al entender el doble sentido. Cualquier otro día, lo hubiera captado al instante, sin embargo, hoy apenas recordaba su propia casa.
ㅡ¡Tsukasa! ㅡ Le regañó avergonzado. El chico solo rió en respuesta.
ㅡ Oh, vamos, ¡fue divertido! ㅡ Comenzó a moverse a los lados con una amplia sonrisa.
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Omega
Hayran KurguSer un alfa y un omega jamás representó un problema para los gemelos Yugi. Pero la adolescencia trae consigo eventos inesperados.