Capítulo Cuatro 2/2

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POV Armelia.

• Capítulo cuatro 2/2 •

Llegué hasta el establo usando algo mucho más ligero, un vestido de color azul grisáceo.

Sabía que al andar a caballo iba a tener calor así que dejé mi abrigo en el sofá, aparte había salido el sol después de días.

Aunque por lo débil que se veía sentía que iba a haber una tormenta luego, como si fuera la calma antes de la tormenta.

Toqué la puerta, mi hermano ya debería estar adentro.

– Pase – se escuchó la voz de él.

Entré y vi que ya había liberado a Brownie, lo llamamos así porque es marrón con un poco de blanco, como un brownie con crema.

El establo era un lugar espacioso, estaba hecho de madera y tenía unos 50 lugares para diferentes caballos, también había una pequeña fogata apagada para los días de frío y un comedero en cada "habitación".

– ¿Necesitas ayuda? – me acerqué al ver que tenía problemas con King.

Me vió y sonrió, negó con la cabeza.

– Puedo solo, gracias, tú ve sacando a ese...¿Brown se llamaba?

– Brownie – corregí – que raro que todavía te acuerdes.

Se encogió de hombros y por fin liberó al semental color negro carbón.

Cuando los dos estuvimos afuera cada uno se subió al suyo y lo miré, por primera vez lo ví a los ojos.

Askan es el rey de uno de los reinos vecinos, aunque es mayor no pudo asumir, pues solo la primogénita puede ser reina. Se casó con la princesa de Kunot, Leonor, y ahora reina allí.

Es rubio y musculoso, bastante alto también, con ojos azules intimidantes, tiene una personalidad bastante fuerte y sarcástica. Siempre me ha cuidado y me ve como a una bebé.

Aunque a veces sea duro siempre trata de hacer lo mejor para nosotros, o eso es lo que quiero pensar.

Se ve cansado y maduro, y en sus ojos hay un pequeño anhelo cuando me mira.

– Vamos a ir por el Camino del Lirio, así no nos topamos con nadie.

El Camino del Lirio está de camino al bosque, se llama así claramente porque está lleno de lirios bellísimos, lo que lo hace ver casi mágico. Pues solo salen en otoño. Razón por la cual aún no florecen. Aquí solo hay otoño e invierno, pues estamos bastante al norte. Y es muy raro que salgan flores. Pero un día, cuando empezó el otoño, este campo de llenó de Lirios. Aunque fue hace muchos años, antes de que yo naciera.

– Bueno...¿para qué querías verme, Askan? – dije mientras nos poníamos en camino para salir de los terrenos del castillo.

– Siempre tan propia hermanita – sonrió – hace mucho no hablamos, quería ponerme al día contigo.

– No hablamos hace mucho porque te fuiste hace 6 años y no te molestaste en escribir o visitarnos.

Su sonrisa desapareció.

– Lo siento, no quise hacer eso. Realmente los extrañaba. Pero soy un rey ahora y tengo que estar allí para mi pueblo.

– Pero si fuiste a ver a Alek, ¿en ese momento tu "pueblo..." – hice comillas con las manos – no te necesitaba?

El suspiró fuerte, llegamos a la entrada, saludamos a los guardias y salimos por los portones traseros.

Empezamos andar, Askan estaba aún pensando su respuesta.

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