Capítulo Siete.

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POV Armelia.

Capítulo Siete

— Ya sabes, porque eres una ninfa...

— ¡Ya acordamos que las ninfas no tienen alas! O el comienzo de ellas — me pasé la mano por la cara, frustrada — las únicas pruebas que tenemos son mis orejas alargadas, que podrían ser una deformación, y lo que sea que está comenzando a crecer en mi espalda.

— Podría ser un tumor — opinó Caios, al ver mi cara rápido agregó — como sea, nada de eso justifica tus poderes. Poder controlar a la gente cuando bailas y cantas, tener premoniciones...¿Cómo explicas eso?

Me quedé callada. Es verdad, no creo que ser una buena bailarina o cantante justifique la mirada en sus ojos, cuando la gente me ve haciendo cualquiera de esas actividades es como si estuvieran dispuestos a hacer todo por mi. Razón por la cual nunca bailo en los Bailes Reales.

Una vez lo intenté...no terminó bien.

 Flashback

Baile de Invierno, hace cuatro años.

— Y ahora la princesa realizará el baile tradicional por primera vez  — hablaba en un tono anormalmente fuerte uno de los sirvientes de mi padre, que servía como animador — ¡Un aplauso por favor!

El salón se llenó de aplausos y vítores, me sonrojé un poco. Descendí por las escaleras cuidadosamente, levantando mi vestido mientras sonreía a los invitados.

Al llegar al final hice una reverencia pronunciada y tomé la mano de mi compañero, el hijo del Lord  Forræderi. Los dos sonreímos y nos hicimos una reverencia mutua, me tomó la mano y la besó y me sacó a bailar.

Pude notar el momento en el que sus ojos cambiaron y sus pasos se volvieron torpes. Comenzó a mirarme de manera hambrienta y como si estuviera fuera de sí . Di una vuelta y cuando volví a sus brazos me acercó más de la cuenta, de una manera inapropiada para una chica de mi edad.

— ¿Joven Forræderi? ¿Qué está haciendo?  — pregunté asustada.

Miré hacia los costados, para ver que diría mi padre, él parecía confundido pero no tenía la asquerosa mirada que habitaba en mi acompañante, pero los demás sí. Las mujeres se veían en el mismo estado que mi padre, sin embargo los hombres de mi edad en adelante se empezaban a acercar hacia nosotros, caminaban lentamente a los tropiezos y sus manos se estiraban en mi dirección. 

Aterrorizada me solté y paré de bailar.

En ese instante todos se quedaron quietos, algunos cayeron al suelo descolocados y todos me miraron desorientados, todos menos Caios. Él estaba desconcertado por las acciones de los demás pero no le había causado ningún efecto lo que sea que haya pasado. 

— ¿Qué...qué acaba de pasar? — el rey preguntó y la habitación explotó en murmullos muy audibles.

"¿Tú entiendes que ocurrió? ","¿Nos han hechizado?","¿Qué hago en el piso?"

Todos fijaron sus ojos en mi, pero ya no como antes, ahora estaban curiosos y algunos hasta preocupados. 

Jacob, mi acompañante, estaba sonrojado hasta las orejas y se miraba las manos.

— Discúlpeme princesa, siento profundamente lo que acaba de pasar, realmente no se que me pasó — parecía  negado a mirarme a la cara, asintió con la cabeza y casi corrió hasta los brazos de su madre, parecía que lo regañaba.

La verdad yo tenía una idea, pero no creí en la magnitud del asunto, miré a Caios que se hacía el extrañado.

Caminé hacia él con la mayor gracia que pude y lo saqué a los jardines.

— Bueno...eso fue muy extraño, princesa  — fue lo primero que dijo cuando nos sentamos en un banco, un poco húmedo por el rocío de la noche.

— No puedo creer lo que pasó, que vergüenza — me tapé la cara con las manos, también sentía mis orejas calientes, pero puede ser por el sonrojo  ¿Tú también te sentiste como idiotizado? 

 Me pasó un brazo por los hombros, reconfortándome.


— No, pero sentí la presencia de magia en el aire  me despeinó el cabello y sonrió, parecía preocupado.

— ¿Quieres decir que había un mago allí dentro?

Él suspiró.

— No, no era ese tipo de magia. Era una desconocida, más poderosa...creo que venía de ti. 

Lo miré con ojos abiertos de par en par, entonces tenía razón, si fue por mi.

— Pero no te preocupes  dijo mientras se levantaba y me tendía la mano   el Mago Real no ha podido concurrir a este evento, así que nadie más se dará cuenta. Pero seguro organizarán una investigación, tienes que tener cuidado.

Suspiré y tomé su mano, me sacudí el vestido de gala y miré hacia al frente, debemos volver adentro.  

Fin del flashback.

Luego de lo que pasó comenzaron algunas investigaciones, pero terminó en la nada, naturalmente. 

Recuerdo el miedo que sentí, tenía solo catorce años. Mi amigo y yo llegamos a la conclusión de que al bailar los había hechizado de alguna manera, de allí la suposición de que soy una ninfa, y Caios no sintió nada ya que él es un ser mágico también. 

Me tapé con una manta hasta la cabeza y di un grito ahogado, estaba harta de esta situación.

Ky me destapó y con una sonrisa propuso jugar a un juego de mesa, supongo que quería distraerme. Me negué.

— No, estoy harta ignorar esto, debo aprender a controlarme, extraño cantar y bailar con otro que no seas tú, sin ofender  agregué y  me quedé callada.

Tal vez si vas al terreno donde lo sólido se convierte en líquido, encontrarás respuestas.

Esa voz, de nuevo.

Agarré a Ky de la mano y lo puse detrás de mi.

— Muéstrate de una buena vez.

 ¿Lily? ¿A quien le estás hablando?

Lo miré y le solté la mano.

— No me digas que no la escuchaste, la voz femenina...

Él me miraba preocupado.

Pero...¿Solo yo puedo oírla?

...

En la oscuridad de la noche, mientras escuchaba a lluvia, mejor dicho diluvio, golpear contra las ventanas puse mis manos cerca del fuego, para calentarme.

Mi "damo de honor" dormía plácidamente. Estuvimos jugando juegos de mesa y comiendo por unas buenas horas hasta que cayó rendido.

Por fin tenía tiempo para pensar libremente en esa frase, ¿debería hacerle caso? ¿Y en dónde lo sólido se convierte en  líquido de todas formas?

La luz del amanecer iluminaba el cielo y se escuchaban aves cantar, era la paz luego de la tormenta, cuando por fin entendí a lo que se refería.

Quiere que vaya a la montaña. 

FÜRMONTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora