Capítulo Cinco.

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POV Armelia.

•Capítulo Cinco•

Askan ha pasado una semana con nosotros y aún no me lo creo, se siente raro tenerlo con nosotros, pero a la vez tan natural.

Ya me recuperé de los comentarios de esos estúpidos.

Mentiría si dijera que lo que dice la gente no me afecta, es uno de los defectos más grandes que tengo.

Mientras camino tengo un debate interno, ¿debería acabar con este martirio de ocultar mi verdadero yo?

– ¿Por qué suspiras? – Caios, quien camina a mi lado, me mira con las cejas entornadas.

Nego con la cabeza y me acomodo el sombrero que tengo en la cabeza, prefiero usar gorros, pero las situaciones reales requieren más protocolo.

Estamos yendo a recibir a Leonor que por fin llegó, no voy a negar que estoy bastante nerviosa. No la he visto desde hace años y aunque ya no tengo ese ridículo crush en ella, es extraño verla de nuevo.

Caios me mira adivinando mis pensamientos, pone una mano sobre mi hombro y me sonríe. Sé que es su manera de decirme "tranquila, es solo una chica". Asiento y sonrío.

El camino es corto mientras hablamos de cosas triviales y por fin llegamos frente a la puerta de acero, adornada con detalles blancos y plateados como es usual en los terrenos del Palacio de Hielo.

Se está quedando en uno de los cuartos de invitados, con comodidades increíbles, claro.

Los guardias que están frente a la puerta se ven rudos y aterradores, con sus barbas largas y mirada ceñuda, pero en realidad son un amor que jugaban a los muñecos conmigo.

Asienten y nos dejan la entrada libre.

Tock tock.

– ¿Quien es? – se escucha una dulce voz femenina adentro.

– La princesa Armelia y Caios.

– ¿Solo Caios? – me mira.

Me aclaro la garganta.

– La princesa Armelia y su acompañante de honor, el increíble, bello, inigualable Caios.

Él rueda los ojos pero sonríe por lo bajo.

Se escucha una risa suave.

– Pase.

Entramos y ella está dada vuelta, de pronto quiero cambiarme por mis mejores ropas. Llevo un vestido de encaje que es apretado hasta la cintura y luego se abre enormemente. De color blanco marfil.

Ella se da vuelta y sonríe, ahí está esa cálida sonrisa que una vez hizo que mi estómago sintiera mariposas revoloteando.

– Mi querida Lily, te extrañé demasiado – en sus ojos hay solo sinceridad, abre sus brazos para que vaya a abrazarla.

La verdad quiero mirarla un poco más, se ve increíble como siempre, con su mirada más madura y sabia, se ve como una diosa. Una reina sin dudas.

Tiene su pelo trenzado y vestido negro de tela muy fina, parece simple pero tiene algunos detalles que lo hacen brillar, o tal vez sea la que lo usa, un collar dorado adorna su cuello.

Corro a abrazarla y sonrío cuando siento su suave aroma a lavanda en mi nariz. Su reino es conocido por el verano y la luz, es normal que hayan flores.

Me suelta lentamente y me hace dar una vuelta.

– Te ves increíble Lily, te ves tan grande – me toma de las manos – ¡vamos a hacer algo divertido!

– Buenas tardes mi reina – Caios se hace oir y hace una reverencia – un gusto verla de nuevo.

Leonor parace notarlo y se ve un poco avergonzada de no haberlo hecho antes, me suelta y le da la mano a Caios.

– Buenas tardes joven, disculpa, la emoción del momento.

– Leo, ¿quieres ir a cabalgar? – digo emocionada luego de los saludos.

– Me encantaría sweetheart – saluda a los guardias mientras nos avisa que deberá cambiarse y que la espere afuera.

– Tiempo de chicas – le anuncio a Ky.

– Pero si yo soy tu damo de honor – dice sonando ofendido, ruedo los ojos.

– Retírate.

Me hace un lindo gesto con su dedo del medio y se va.

...

Pasamos la tarde más divertida que he tenido en mucho tiempo.

Corrimos, cabalgamos, incluso patinamos en el lago helado.

No recordaba lo graciosa y dulce que es mi cuñada, también hizo muestra de su poder cuando unos estúpidos trataron de cortejarnos, hiriendo a un animalito.

"– No he visto mujer tan bella en años, y tú – me miró – estás bien también, supongo.

– Caballeros, no quiero sonar de ninguna manera irrespetuosa, pero deben saber que estoy casa...

– Tenemos algo para usted, atrapamos a este revoltoso en el bosque, puede tener usted el privilegio de matarl... – de pronto se quedó callado al ver la cara que ponía Leonor al ver al pobre zorro rojo en la mano del hombre, luchando por liberarse. Pero parece que eso no había sido lo peor.

– ¿CÓMO SE ATREVEN? – no gritó, pero su voz calmada era peor que un grito en mi cabeza, y yo ni siquiera estaba en problemas – primero tienen la desfachatez de interrumpirme, a MI, y luego agarran a este pobre zorrito – se lo sacó de las manos – que ni siquiera van a comer, por lo que lo hacen por el simple hecho de matar.

Ellos se veían entre sorprendidos y asustados.

– Y por cierto, soy casada – mostró su precioso anillo de un diamante con pequeñas perlas alrededor – soy Leonor, reina de Kunot. Esposa del rey Askan de Kunot.

Sus caras se pusieron pálidas.

– L-lo sentimos...

– No les recomiendo que vuelvan a interrumpir, o tendré que coser su boca para enseñarles a mantenerla cerrada. Y no vuelvan a cazar por diversión.

Le bastó una mirada para hacerles saber que hablaba en serio. En segundos ya se habían ido".

La admiro muchísimo, es muy difícil la confrontación para mi, y ella lo hace con una simpleza y poder que es increíble.

Cuando por fin volvimos al castillo ya era hora de cenar. Contamos la mayoría de los eventos, no queremos que Askan mate a nadie, mientras todos nos escuchaban atentamente.

Kyky se veía un poco celoso de no poder haber ido.  Pero no puede estar siempre.

A las 11 todos subimos a nuestras habitaciones, y en el momento en el que mi cabeza tocó la almohada, me quedé dormida.



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