Capítulo 17 (Segunda Parte): El Tercer Reino

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Anne regresó al Castillo del Segundo Reino sintiéndose mucho mejor que cuando había salido. Las disculpas de Luke habían quitado un enorme peso de sus hombros y ella no podía estar más agradecida por ello. Aún tenía otros asuntos de los cuales preocuparse, los cuales no fallaban en dejarla al borde del pánico cada vez que los recordaba, pero por lo menos su relación con Luke ya no sería uno de ellos.

Su relación aún no se encontraba como antes de entregarse a la Guardia, pero por lo menos ya no había tanta tensión en el aire a su alrededor. Ya no se sentiría como una molestia en uno de los pocos lugares en el Hellaven en el que se sentía segura y a gusto; y ya no sentiría que su presencia incomodaba a Luke.

Con un aliviado suspiro saliendo de sus labios, se adentró en el cálido salón del ala sur y se recostó en el sofá, dejando el bolso a su lado. Luly se había desviado hacia la cocina para preparar algo ligero para cenar, sabiendo de sobra que Anne no se iría a la cama no importase lo tarde que fuese. Lucie no estaba por ningún lado, pero con lo tarde que era, eso podía significar que estaba descansando ya.

Como se encontraba sola y era poco probable que fuese a ser interrumpida hasta que Luly regresase, decidió aprovechar el tiempo revisando nuevamente los libros que había sacado de la biblioteca del ala principal. Se enderezó en el sofá, abandonando su anterior posición por miedo a quedarse dormida a los pocos minutos de haber empezado su lectura. Finalmente, tomó uno de los libros que formaban una pila en la mesita de centro, dispuesta a leerlo de principio a fin si era necesario.

Aún no podía creer que no hubiese encontrado nada sobre la supuesta flor más hermosa. Ni siquiera en los libros relacionados con el Cuarto Reino hablaban sobre ella, lo cual la frustraba aún más y le hacía pensar que quizás no estaba formulando su hipótesis correctamente.

Pero es que, ¿en qué otra cosa podría ella pensar que no fuese en flores y en Aory, dado su Don? La pista era bastante clara. Ella debía averiguar cuál era la flor más hermosa de todo el Hellaven y si después de buscar en todos los libros y no haber encontrado nada sobre las flores creadas por la naturaleza misma, lo menos que podía hacer era asumir que esta supuesta flor no era más que el producto de uno de los inspirados arrebatos de Aory. Y aún basando sus teorías en esa hipótesis, seguía sin encontrar nada al respecto.

El libro azul seguía sin ofrecer más pistas y la información que el plateado le había ofrecido parecía irrelevante. ¿Qué tenía que ver la Casa Dorada con todo esto? ¿Desde cuándo el Oráculo estaba relacionado con flores?

Anne tuvo un sobresalto, la respuesta golpeándola con tanta fuerza que la obligó a ponerse de pie y a dejar salir una exclamación. ¡Por supuesto! ¡Esa era la pista que necesitaba! ¿Cómo había podido ser tan tonta y pasar por alto ese detalle?

Ella había escuchado la expresión "las flores del Reino" un sin fin de veces mientras había estado viviendo en el Oráculo, la mayoría de las veces saliendo de los orgullosos labios de Nadhia. Aaron Nightingale les había puesto ese apodo alguna vez en la historia y se había quedado grabado en ellas como si fuese un tatuaje, pasando de generación en generación en los primeros años de su reinado. Todo el mundo las llamaba por ese nombre, no importaba el Reino del que proviniesen. Las Hermanas eran las mujeres más hermosas de cada Reino, junto con los miembros femeninos del reinado, por lo que Anne simplemente tendría que buscar a la más hermosa de todas.

Había un detalle que despejaba una variable en esa ecuación: todo el mundo sabía que magia era sinónimo de belleza, o por lo menos lo era en la mayoría de los casos.

Era bien sabido que los miembros del Reinado son los seres más hermosos de cada Reino y es en gran medida a la cantidad de magia que corre por sus venas. Esto se aplicaba a los herederos al trono, pero no a ambos reyes por igual dado que uno de ellos no sería considerado un miembro de sangre Real antes de contraer nupcias con el heredero al trono. Cuando la boda se lleva a cabo y los prometidos son proclamados Reyes del Reino (o Herederos, en algunos casos en los que los actuales Reyes no piensan abandonar el trono todavía), el nivel mágico del recién adoptado miembro real crece, y aunque su apariencia física no cambia, la percepción de la gente sí lo hace debido a la magia que brota por sus poros.

La Premonición: Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora