Capítulo 1: Sueños

632 21 14
                                    

                 X

A sus padres y amigos no había parecido sorprenderles mucho el hecho de que Anne no pudiese recordarlos; principalmente a Juliette, la cual había sido la primera en salir de su breve estado de asombro y en decir con un tono de voz cargado de frustración, que ella lo había visto venir.

Había visto a su amiga volver a la vida, la había visto abrir los ojos después de que la hubiesen declarado muerta, así que escuchar que no los recordaba no le había sabido a nada. Es más, era probable que se hubiese sorprendido más si Anne hubiese empezado a actuar como si nada hubiese ocurrido.

Los cuatro familiares de la joven se habían quedado quietos de pronto cuando la habían escuchado, como si las palabras de Anne les hubiesen robado la capacidad de reaccionar; sólo la miraban, esperando que ella sonriese y les dijese que era una broma. Pero la aprehensiva expresión en el rostro de Anne no había cambiado y a ellos les había tocado aceptar que nada de eso era un juego.

Monique había soltado el agarre que había tenido en la mano de Anne y se había alejado de ella lentamente; sólo unos pasos, como si temiese que su toque o su cercanía hiciesen que Anne se desintegrase frente a sus ojos.

La mujer parecía estar teniendo problemas para asimilar todo lo que había sucedido ese día, en especial esos últimos instantes, y Andrew había tenido que pasarle un brazo por la cintura y pegarla a su lado para asegurarse de que iba a seguir en pie.

Para él tampoco había sido fácil, no lo había sido desde el principio, pero por el bien de su esposa, de su familia, lo mejor era que él siguiese haciendo a un lado sus emociones y actuase como si nada de eso le afectase. Como si el simple hecho de que Anne estuviese viva fuese suficiente para él. Y en cierto modo era así.

A pesar de su resolución, de querer hacerse cargo de la situación con mente fría y pies de plomo, Solomon había sido el que había llamado al doctor y se había encargado de contarle lo que había sucedido desde que el hombre había salido de la habitación.

Monique había agarrado a su esposo por la mano cuando había intentado moverse, en un claro gesto que significaba “no te alejes de mí”, sus ojos llenos de las lágrimas que había retenido a la fuerza cuando Anne había despertado y contra las cuales aún luchaba por retener.

El doctor, para aquel momento, había parecido menos conmocionado por lo que había ocurrido (quizás bajo la influencia de la jefa de enfermeras, la cual era una mujer bastante creyente), y cuando se había acercado a la cama, se había dedicado a bombardear a Anne con preguntas simples para probar su capacidad de concentración y respuesta.

No había parecido muy interesado en saber las respuestas, es más, parecía que ni siquiera las estaba escuchando. Se había dedicado a revisar las pupilas de una Anne que se dejaba hacer libremente, a pesar de que la expresión de su rostro decía claramente que no estaba contenta con nada de lo que ocurría.

La paciente no le había respondido ni la mitad de las preguntas, y no porque no supiese como hacerlo. Era más por el hecho de que se había dedicado a lanzar preguntas al aire, esperando que cualquiera de ellos las respondiese, sus ojos posándose en cada uno de ellos mientras hablaba.

Y sus preguntas, las cuales habían salido en un agitado tono de voz, no enteramente relacionado con sus actuales problemas respiratorios, los habían dejado confundidos y preocupados a todos.

Anne había estado hablando de cosas que no habían tenido el más mínimo sentido, de personas que ellos no conocían, de cosas que eran tan extrañas que parecían sacadas de la más complicada de las historias de ficción.

El doctor había fruncido el ceño cada vez que una nueva pregunta había salido de los labios de Anne, tratando de encontrarle algún sentido a lo que había estado diciendo la joven; tratando de relacionarlo con lo que le habían contado que había sucedido la noche del accidente; o de comprender la cantidad de emociones que las habían acompañado.

La Premonición: Segunda Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora