Ushijima [𝙷𝚊𝚒𝚔𝚢𝚞𝚞]

02

Estas tan nerviosa que sientes que en cualquier momento vomitaras, y no quieres ser igual de idiota que Shōyō.

Al final, no sabes como convenciste a Suga y a Daichi de que te dejaran ir sola. Estaban tan pesados que no sabias si lo ibas a lograr.

Ushijima te dijo que el partido empezaría a las 14:00 hrs, pero los nervios actuaron por si mismos y llegaste ahí una hora antes.

Ahora que lo piensas bien, no sabes como es que no lo conocías, no tiene sentido, pues es uno de los jugadores mas famosos a nivel preparatoria, pero lo dejas pasar, ya no importa ahora lo conoces ¡y estas en uno de sus partidos!

Te estas cuestionando el como esconderte antes de que te vea y piense lo rara que eres por estar ahí tan temprano, ya que sabes bien que los jugadores suelen llegar con tiempo de anticipación para sus partidos y él probablemente ya este ahí.

Estás caminando hacia el baño— para esconderte hasta que sea la hora acordada— y te das cuenta de que el está por entrar también. Antes de que tenga la oportunidad de verte, das la vuelta para escapar, pero ya es muy tarde, ya te notó.

Dice tu nombre fuerte para que escuches y das la vuelta para mirarlo.

    —Hola Ushijama-san—saludas con voz temblorosa. El parece no darse cuenta de tu estado de nervios, así que te calmas.

    —¿Te di mal la hora? Creí que había dicho a las dos—interroga. Su voz es tan jodidamente sexy que te quedas en blanco por un momento.

    —No, digo si.— Pone cara de no entender y tu dices la primera mentira (no tan mentira) que se te viene a la mente—.Quiero decir, si, me diste bien la hora, pero quería verte antes del partido, ya sabes para darte ánimos.—Haces sonar eso como si fuera lo mas normal del mundo, tanto así que le quitas importancia haciendo un movimiento con la mano—.Ademas, quería encontrar un buen lugar para poder ver mejor el partido—agregas para que no suene mas raro lo que antes has dicho.

    —Oh—dice tan sorprendido que pareciera que no tiene ninguna experiencia en esto—.No sabia que eso se hacía.

Y tal como lo dedujiste, no sabe nada de nada.

    —Bueno—dices—, se supone que es algo que hacen las personas que están saliendo para demostrar interés—«oh demonios que acabo de decir» piensas—.No es que tu y yo estemos saliendo, digo, ejem, eeeh, solo quería explicarlo.—Te sonrojas tanto que pareces tomate, el se da cuenta de tu estado, y como ya sabes y todos los demás saben, estando así eres de lo mas ridícula, y haces idioteces y al parecer el no es inmune a tu estupidez pues casi sonríe, casi.

No lo conoces, pero sabes que es serio, y que es muy difícil hacerlo sonreír y mas aun reír, así que desde ahora te prometes que vas a dar tu mayor esfuerzo para hacerlo sonreír y reír seguidamente y que va a reír tanto contigo, que le va a doler el estomago. Al menos esperas llegar a ser su amiga para poder hacerlo.

    —Esta bien, entiendo.

Sueltas el aire que no sabias que estabas guardando y le dedicas la mejor sonrisa que tienes para dar, una sonrisa en donde enseñas todos los dientes y te llega de oreja a oreja.

—Esfuérzate, yo se que ya das el máximo, pero eso se dice ¿no? Ya sabes para alentar.—Esta vez si que logras que sonría, pero la sonrisa que te regala es tan fugas y tan inexpresiva que parece como si no la hubiera hecho. Con eso te conformas, por el momento.

    —Gracias— dice y se marcha.

Tu: Aaaaah, no se que acabo de hacer.