III

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Gracias por la rosa, su alteza.

Era lo único que Louis había escrito en el papel que pasó por la puerta de la habitación donde estaba durmiendo Harry. Eso estaba confundiendo aún más al rizado porque no decía nada concreto.

Se levantó de su cama y salió de la habitación para revisar el cuarto de Louis. Solo por si acaso, tenía que asegurarse que estuviera bien y no haya entrado en un ataque de pánico o algo por el estilo.

Al abrir sigilosamente la puerta y ver que nadie se encontraba ahí, se adentró rápidamente y visualizó la mesita de noche del castaño. Ahí estaba la rosa. Preciosa y en un florero con agua, junto a la cama de Louis.

Sonrió un poco, pero luego comenzó a pensar. No sabía si eso significaba que Louis aceptaba su tipo de cortejo o sólo le había gustado la rosa y la había puesto ahí. Tenía muchas dudas que debía de resolver.

—Es un "quizá pueda pasar"— escuchó a sus espaldas y vio a Louis de pie ahí.

Estaba sonrojado y tenía una sonrisa diminuta en su rostro, veía a Harry tímido y no se movía de la puerta.

—¿Qué? — atinó a decir el rizado confundido.

—No estoy seguro de cómo funciona la parte de los chicos omega en un cortejo, y tampoco estoy totalmente convencido de que yo seré un buen omega, pero...- suspiró -acabo de hablar con mi papá. Me contó todo lo que dijiste ayer y me impresionó que hayas tenido ese valor de ir y decirle a, bueno, al Rey de Reino Unido que su hijo es tu alma gemela.

—Lo hice porque sabía que tú no lo harías, y ya me dijiste que tienes una omega y que no quieres cambiar, entonces no tiene sentido que hayas hecho esto— dijo un poco disgustado.

—Sé que es estúpido que después de hacer lo que hice anoche yo ponga la rosa en agua. Aún más estúpido que la ponga ahí después de decir que no quiero ser omega, pero... — suspiró —No sé, simplemente no pensé las cosas y... No lo sé, Harry.

—¿Qué es lo que no sabes?

—Que... Mierda, que, si hago lo que pienso hacer, luego tú ya no quieras que sigamos a lo que el universo quiere de nosotros y todo haya sido en vano. Esto es cambiar drásticamente lo que yo pensaba hacer en mi vida, y no sé por qué, de repente, me pareció una buena idea.

—¿De qué hablas?

—Tal vez... No sé, me gustaría saber que es todo eso de tener un bebé y sentirme protegido en vez de proteger a alguien— dijo tímido.

Harry lo miró con sorpresa. Esperaba todo, menos eso. Prácticamente Louis estaba aceptando cambiar completamente su vida por él, quería hacer lo que Harry quería hacer igualmente. Debía estar soñando.

Louis estaba de pie en silencio, esperando una respuesta de Harry. Se estaba arrepintiendo de llegar de repente y decirle eso, no debió hacerlo porque Harry no hacía nada.

Quizá al rizado le parecía raro y Louis solo lo asustó. Ahora ya no va a querer y perderá la oportunidad de saber cómo se siente estar con la persona que se supone que es su alma gemela.

Se dio la vuelta, cabizbajo, dispuesto a irse de su propia habitación, cuando la voz de Harry lo detuvo. Volteó a verlo ya que no escuchó claramente lo que Harry le dijo al darse vuelta.

—¿Qué dijiste? — preguntó confundido.

—Qué quiero escucharlo cómo es. Necesito escucharlo de ti, que digas que quieres lo que dices que harás, porque si no, no voy a sentirme bien haciendo esto.

Louis asintió y se acercó nervioso a Harry, poniéndose frente a él, viéndolo a los ojos y ahí lo sintió.

Calidez.

Alpha Heirs (l. s.)-Omegaverse AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora