V

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Harry llegó a Reino Unido junto a Mark. Se iba a quedar unos meses, al menos, hasta que él o Louis tengan un celo. Ahora sí que estaba por comenzar la locura más grande de su vida, y no podía estar más nervioso y emocionado como lo estaba ahora.

Al ingresar al castillo de los Tomlinson, lo recibió la nana de Louis. Eso le hizo sentir un poco de nostalgia, ya que su nana, Nancy, era como ella. Atenta y amorosa con Harry como Martha lo era con Louis o las hermanas de él.

—Aquí será tu habitación, Harry— dijo Martha con una sonrisa mostrándole una habitación un poco más amplia que la de huéspedes, con un armario grande, un baño propio, un tocador y una puerta de cristal que daba a un gran balcón —a un lado está la habitación de Louis, sigue la de Charlotte y las tres del otro lado del pasillo son las de Felicité, Phoebe y Daisy. Cualquier cosa, me puedes llamar y dime nana, por favor, todos los chicos me llaman así— soltó una risita y Harry le sonrió con ternura.

—Bueno, muchas gracias nana. Por ahora estoy bien.

Martha asintió y seguidamente se alejó de la habitación, dándole privacidad al rizado.

Harry comenzó a acomodar todas sus pertenencias en el armario de la habitación que le estaban dando por el tiempo que iba a pasar ahí.

Estaba comenzando una nueva etapa, con personas totalmente diferentes y alejado de gente que lo conocía totalmente, o al menos en su mayoría. Tenía muchos nervios, porque no quería arruinar nada, quería hacer las cosas bien, pero no sabía cómo, porque sus padres no le habían enseñado a enamorar a una persona. Tan sólo le habían explicado que era enlazarse, el instinto de Alfa. Tal y como notaba que sus padres vivían; bajo un lazo natural que no cargaba nada de amor.

Estaba terminando de colgar sus jeans cuando sintió el olor de Louis en la puerta. Giró su rostro y lo vio de pie ahí, con los brazos cruzados y una sonrisa. Estaba en pijama y con unas pantuflas con una cara de recién despierto y el cabello revuelto.

—Así que— comenzó con su voz ronca, pero, aun así, aguda —el príncipe Harry va a vivir en mi casa por un tiempo, según las noticias.

—Así parece— sonrió.

—Entonces debo de tener mucha suerte con eso, ¿no? Estos últimos días me he sentido muy triste porque alguien se fue— hizo un falso puchero —espero que solamente sean las hormonas.

Harry soltó una risita y negó con la cabeza.

—Me fui dos días, no creo que sea tan especial como para extrañarme hasta ese punto. Sin embargo— dijo caminando hacia Louis quedando cerca de él —mi plan estando aquí, es volverme así de especial para ti.

—¿Pará mí o para el Omega?

—Para ti, Louis.

Louis se sonrojó mucho ante ese comentario y bajó su rostro con u a sonrisita.

—No digas esas cosas porque estoy sensible y voy a caer muy rápido— murmuró.

—Oh, cierto— dijo con un poco de preocupación —¿Duele todo eso de... De la transición?

—Un poco- se encogió de hombros -un poco de molestia en el vientre y cambios de humor, pero no importa. Estoy bien y me siento más cómodo de lo que pensé.

—¿Y qué pasará? — indagó —¿cambiará algo en ti?

—Solo perderé mi voz de alfa y podré crear bebés, pero lo demás será igual. Supongo que seré el mismo Louis de siempre— sonrió.

—Bueno, eso me alegra.

—En fin, estoy muy feliz de que estés aquí. Se lo que mi papá acordó con el tuyo, y lo que menos quiero que creas es que te están presionando a hacerlo. Y tampoco quiero que creas que yo estoy haciendo esto por la misma razón. Si me... Si me dejaba enamorar siendo alfa, la transición sería mucho más difícil después.

Alpha Heirs (l. s.)-Omegaverse AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora