𝖕𝖗𝖆𝖊𝖘𝖎𝖉𝖎𝖔

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SABRINA SPELLMAN frunció su ceño cuando leyó la manera de realizar el encantamiento del escudo, "protego"

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SABRINA SPELLMAN frunció su ceño cuando leyó la manera de realizar el encantamiento del escudo, "protego".

—«Cuando es lanzado —comenzó a recitar para sí misma en un susurro—, conjura un escudo aparentemente invisible enfrente de la varita del lanzador, creando una barrera protectora entre ellos mismos y sus atacantes...»

Ella resopló estresada, dejando el libro a un lado para así tomar su varita e intentar, por milésima vez, uno de los encantamientos en su ejemplar Enfrentarse a lo indefinible de su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras que le entregó Lilith esa misma mañana en el Gran Comedor. Ella fue una de las primeras personas en bajar, inclusive antes que su regente, pues no logró consumar su sueño gracias a su emoción. Sin embargo, ese sentimiento fue reemplazado por un intenso estrés cuando Madam Satán le entregó todos los libros que necesitaba para sus nuevas clases. Ella le había sugerido unirse a las clases de Encantamientos, Defensa Contra las Artes Oscuras, Herbología, Pociones y Transformaciones, pues parecían ser las más comunes. Sabrina accedió sin saber qué le esperaba en lo absoluto.

Protego —susurró por décima vez, moviendo su varita, sin tener ningún resultado—. Protego, protego, ¡protego! —exclamó con frustración. Los pocos que la rodeaban en el comedor la miraron extrañados, pero ella simplemente resopló sin importarle otra cosa más que su preocupación.

«¿Y si mi magia no funciona porque no es igual a la de ellos?», pensó con inseguridad Sabrina.

La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras era la primera que tenía el día de hoy, según su horario, y ni siquiera lograba hacer lo que venía en el capítulo uno de su libro. Se volvió para mirar que su regente se encontraba en la mesa de los maestros, y caminó hacia allá. Tan sumida en sus inquietudes, no notó que Draco Malfoy exclamaba su apellido detrás de ella. Finalmente sí notó cuando éste tocó su hombro.

—¿Estás sorda? —escupió cuando Sabrina se giró para mirarlo con confusión—. ¿Viste que tenía razón? Quedaste en Gryffindor con toda la demás sangre sucia.

—¿Ese es tu gran acoso? —se defendió la chica con tono burlón—. Las chicas que me acosaban en mi antigua escuela me decían mestiza, es cierto, pero por lo menos me lanzaron una maldición de sangre para molestarme —comentó haciendo que Malfoy le mirara confundido—. Eso sí es un genuino acoso escolar, tú sólo vas por ahí diciendo lo obvio.

—Bueno pues... —balbuceó— te puedo lanzar la maldición de los mocos, si así lo prefieres.

—¿Qué es la maldición de los mocos? —preguntó curiosa, pues no se imaginaba qué es lo que los mocos causarían.

—Con gusto te la muestro, Spellman. —Draco levantó su varita hacia ella con una sonrisa de suficiencia.

—Déjala en paz, Malfoy —la voz de Harry resonó detrás del rubio, el cual se giró, sin guardar la varita.

Sabrina Spellman 𖤐 Harry Potter And The Chilling Adventures Of SabrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora