𝖒𝖊𝖓𝖉𝖆𝖈𝖎𝖚𝖒

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SABRINA SPELLMAN agradeció para sus adentros que los pasillos de Hogwarts estaban vacíos

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SABRINA SPELLMAN agradeció para sus adentros que los pasillos de Hogwarts estaban vacíos. Todos los alumnos se encontraban en el partido de Quidditch por lo cual ella estaba sola con Lilith, afortunadamente, pues era bastante molesto que la estuviera regañando, y por suerte no era vergonzoso gracias a la soledad del lugar.

—Por Satán, Sabrina, ¿no entiendes que no deberías socializar con esta gente? —exclamó su regente, furiosa—. Y mucho menos con ese tal Potter, pronto estará muerto.

—No si puedo evitarlo —le espetó Sabrina a la defensiva.

—¡Pues no puedes! —bramó—. Está escrito, es inevitable. Voldemort ganará.

—Podemos cambiar el...

—Esta conversación terminó —la castaña le interrumpió—. Ahora, quédate aquí, y olvídate de ir a ese partido. Concéntrate en encontrar por lo que vinimos y por lo que creamos estas mentiras.

Antes de que pudiera reclamar, Madam Satán dio media vuelta y se marchó echando chispas. Sabrina hizo lo mismo pero dirigiéndose a dirección contraria. Ella iría al partido, pero primero debía de despistar a Lilith. Aunque se percató del problema hasta que dio vuelta hacia un extenso pasillo; no tenía idea de cómo podía llegar a los campos de Quidditch desde su ubicación. En realidad, ni siquiera sabía dónde se encontraba. ¿Era el séptimo piso? El castillo parecía más un laberinto que una escuela. Miró su entorno esperando reconocer algo, pero lo único distintivo que logró visualizar fue un extraño tapiz de un hombre enseñando a unos trolls a bailar ballet, y después ellos le daban garrotazos al pobre chiflado. Volvió a girar, y juró que al otro lado del pasillo, detrás del tapiz, divisó una puerta que desapareció con la misma rapidez en la que la distinguió. Extrañada, decidió seguir vagando hasta que encontrara una manera de salir de ahí sin que su regente lo notara.

La peliblanca no sabía cuánto tiempo había pasado mientras recorría las escaleras de mármol del castillo y seguía por pasillos desiertos. Subía una escalera, luego otra... comenzaba a exasperarse con el tiempo. Aunque, finalmente, contempló la puerta principal victoriosa. Entonces, un súbito movimiento hizo a Sabrina encogerse temiendo que fuera Lilith, pues que fuera su regente no le quitaba lo tenebroso de ser la madre de los demonios. Al momento que percibió una silueta yendo a su dirección, se apresuró hacia un pasillo y escapó subiendo las escaleras que la dirigió hacia una torre alta.

Se detuvo un momento para apreciar que la torre estaba rodeada por una baranda, y sobresalía un gran telescopio de ella. Tenía una estupenda vista, por lo cual se limitó a buscar el campo, pero sólo distinguió una curiosa y acogedora cabaña.

—Los terrenos del castillo están detrás del castillo —hablaron a sus espaldas.

Sabrina se sobresaltó y decidió retroceder del barandal, con el corazón acelerado, sintiendo de pronto el impacto de la altura. Además, el tener a Draco Malfoy detrás de ella, no le transmitía seguridad estar al borde de un precipicio. El rubio la miró ceñudo y la chica carraspeó nerviosa. Su primer instinto fue dirigirse a las escaleras, pero rápidamente recordó su plan: debía ganarse su confianza, y esta era su oportunidad.

Sabrina Spellman 𖤐 Harry Potter And The Chilling Adventures Of SabrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora