SABRINA SPELLMAN llegó al vestíbulo a las ocho en punto, y tuvo la impresión de que había chicas ahí que la miraban con rencor y aún más cuando Harry se le acercó. Él se veía muy guapo con un traje de vestir negro, una camisa y corbata rojo oscuro. Llevaba un gran saco con mangas largas que ocultaban parte de sus manos, pero aún así él le acercó una para que ella la tomara, y podía sentir que estaba sudorosa. Le pareció muy tierno.
—¡Hola! —la saludó casi gritando y carraspeo—. ¿Nos vamos?
—Sí, sí —dijo ella alegremente—. ¿Dónde es la fiesta?
—En el despacho de Slughorn —contestó Harry, guiándola por la escalinata de mármol, y se alejaron de miradas y murmuraciones—. Te ves muy linda, por cierto.
Sabrina sonrió demasiado y hasta ese momento sintió que su elección de vestimenta (un vestido rojo escarlata con un abrigo negro que decidió no abrocharse para lucirlo) había sido la correcta pues Harry no le quitaba los ojos de encima aunque iban caminando lado a lado. Ella tenía frío en sus piernas descubiertas pero ahora temblaban por otra razón.
El despacho era mucho más amplio de lo que Sabrina esperaba. Tanto el techo como las paredes estaban adornados con colgaduras verde esmeralda, carmesí y dorado, lo que daba la impresión de estar en una tienda. La habitación, abarrotada y con un ambiente muy cargado, estaba bañada por la luz rojiza que proyectaba una barroca lámpara dorada, colgada del centro del techo, en la que aleteaban hadas de verdad que, vistas desde abajo, parecían relucientes motas de luz.
—¡Harry, amigo mío! —exclamó Slughorn en cuanto el muchacho y Sabrina entraron—. ¡Pasa, pasa!
Slughorn llevaba un sombrero de terciopelo adornado con borlas haciendo juego con su batín. Agarró con fuerza a Harry por el brazo, como si quisiera desaparecerse con él, y lo guió resueltamente hacia el centro de la fiesta; Harry no alcanzó a tirar de la mano de Sabrina a tiempo, dejándola sola. La chica de pronto se sintió incómoda en un lugar corrompido de gente que charlaba alegre, y dejó su abrigo en una estantería y juró ver que un pequeño duende se lo llevó a otro lado. Miró para todos lados buscando una cabellera rubia enmarañada hasta que la divisó y fue a su dirección con seguridad.
—Deja en paz a Hermione, Caliban —ordenó endureciendo el semblante—, o te juro que…
—No me interesa, de verdad —respondió el muchacho interrumpiendo, comiendo un pastelillo que Neville ofrecía en una bandeja de plata—. Ella me invitó a mí y es muy guapa para decirle que no.
—Pero ya puedes dejar de hablarle después de esto —dijo Sabrina, molesta.
—No es culpa mía que esté loca por mí.
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Sabrina Spellman 𖤐 Harry Potter And The Chilling Adventures Of Sabrina
Fanfiction┊𝕾𝖆𝖇𝖗𝖎𝖓𝖆 𝕾𝖕𝖊𝖑𝖑𝖒𝖆𝖓 *ೃ༄ ˎˊ˗ ꒰ 𝑯𝒂𝒓𝒓𝒚 𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒇𝒆𝒂𝒕. 𝑪𝒉𝒊𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝑨𝒅𝒗𝒆𝒏𝒕𝒖𝒓𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑺𝒂𝒃𝒓𝒊𝒏𝒂 ꒱ ┏━━━━━━ .•° ✮ °•. ━━━━━━┓ ↳˚.𖤐⋆ᝰ ❝ 𝖤𝗇 𝖽𝗈́𝗇𝖽𝖾 𝖲𝖠𝖡𝖱𝖨𝖭𝖠 𝖲...