Capítulo 3: Rechazado

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Jack se levanta de su cama pesadamente al escuchar una y otra vez el molesto sonido que su despertador provoca.

Camina con desánimo mientras elige la ropa a vestir ese día, lunes. Hacía ya una semana exacta en la que habían llegado a la escuela los Edison.

De tan sólo pensar en ellos se le hirvieron los ojos casi hechando humo por la nariz, estaba seguro que disfrutaría de la venganza acordada una vez viera llorar a Emily por la traición y que no le quedará más remedio que irse de la secundaria.

Sonrió al imaginar ese deseo hecho realidad.

Se cambió de vestimenta, una camiseta suelta con un pantalón azul mezclilla mientras pasaba las yemas de sus dedos por el cabello para simular que, al menos, intentó peinarse.

Bajó las escaleras hasta llegar a la cocina.

- Buenos días, mamá. Buenos días, abuela -. Se acerca a esta última para depositarle un cálido beso en su mejilla.

La abuela Lourdes, desde su silla de ruedas, sólo responde con una sonrisa, no podía hacer más.

- Buenos días, hijo -. Responde la señora Williams sin mirarlo. Solamente sigue batiendo con una espátula el contenido de una sartén.

- ¿Y mi hermana? -. Pregunta él mientras muerde una manzana que tomó del cesto de frutas que se encontraba en el centro de la mesa.

- Se acaba de ir, dijo algo sobre ligarse primero a un gemelo sexy, nunca la había escuchado hablar así -. Explica aún mirando la sartén.

Jack no dice nada más, deja la manzana en la mesa, se levanta rápidamente de su asiento, sube con gran velocidad las escaleras y regresa al piso de abajo con su mochila para ir a la escuela.

- ¡Alto ahí, Jack! Aún no desayunas -. Advierte su madre quien deja la sartén abandonado para acercarse a donde su hijo.

- Ya comí una manzana -. Responde serio mientras intenta abrir la puerta.

- La dejaste a medias -. Señala la señora Williams.

- Mamá necesito llegar a la escuela lo antes posible -. Dice forzadamente.

- ¿Porqué? Aún es temprano -. Inquiere ella con curiosidad. 

- Me gusta una chica -. Miente suponiendo que así su madre le dejaría en paz.

- ¿De verdad? -. Cuestiona mientras se aproxima a él para finalmente abrazarlo. - Cuentame todo sobre ella -. Habla con cariño recordando los viejos momentos del nacimiento de ambos hijos.

- Mamá te diré todo después de la escuela, necesito verla ahora -. Dice al momento de casi salir de la casa.

- Esta bien, Jack, ve. No puedo creer que mi bebé ya está creciendo -. Suelta una lágrima falsa al pronunciar aquello.

- ¡Mamá! -. Voltea velozmente a verla.

- Hijo, ¿que sigues haciendo aquí? Ve a conquistarla. Cuentame cada sucio detalle cuando regreses -. Pide con picardía mientras le guiñe un ojo a Jack.

- ¡Mamá! ¡Ya! -. Y sale por la puerta sin mirar lo que dejó atrás.

- Adiós, Jack -. Grita ella para regresar a la cocina, donde había dejado la sartén.

El castaño corre todo lo que sus piernas le permiten sin sudar una sola gota. Llega a la secundaria en menos de lo que canta un gallo.

Tropieza con todo desconocido que se atraviesa en su camino pero es detenido por una persona idéntica a él.

Comencemos desde ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora