Capítulo 5: Malentendidos

4 4 0
                                    

Jack camina por el pasillo inquieto, decidido y con una sonrisa de triunfador.

Mira a lo lejos a su objetivo.

Emily camina acompañada de tres amigas más, o al menos eso deduce Jack.

No pretende acercarse mucho, se esconde detrás de los casilleros, bebederos, compañeros y docentes para evitar que la rubia se dé cuenta de que es espiada.

Poco a poco cada acompañante de Emily desaparece dejándola completamente sola caminando por el campo de fútbol americano.

El castaño se esconde entre las gradas siguiendo con la mirada a la chica quien se abalanza con gran felicidad a los brazos de Ben Clynton, el capitán del equipo de fútbol.

Se reserva de hacer el ridículo y sigue prestando atención a la escena de romanticismo que esta pasando frente a él.

Sólo puede detallarse la estúpida sonrisa de ambos mientras caminan por todo el césped.

Jack no se limita a más que seguirlos con la mirada.

La chicharra del regreso al salón suena provocando que este se apresure a salir para no ser visto por Emily.

La chica mira a su alrededor sintiendo la mirada penetrante de alguien además de Ben.

Localiza a un compañero que corre para llegar a tiempo a las clases, sabe quien es.

Corre tras Jack sin despedirse siquiera de Clynton.

El castaño llega al aula cansado, con el sólo pensamiento que no llegaría a tiempo, a fin de cuentas la profesora de química siempre llega tarde.

- ¡TU! ¡Te voy a matar, Williams! -. Se acerca amenazante hasta Jack quien sólo observa asustado su cercanía.

- ¿Qué te ocurre? -. Dice aún con la respiración faltante.

- ¡Te vi en el campo de fútbol hace unos instantes! ¡¿Qué hacías allí?! -. Pregunta con la cara roja, esta furiosa.

- Para tú información también soy alumno de esta escuela y tengo el derecho de vagabundear por la secundaria si quiero -. Explica descarado con una sonrisa burlona.

- ¡Pero no tienes derecho de espiarme! ¡Primero en el baño y ahora esto! -. Vuelve a gritar provocando que todos los compañeros entrantes centren su atención en ellos.

- Yo no te espíe en el baño. Ya te expliqué lo que pasó, yo no sabía que estarías adentro -. Repite con cansancio.

- Pero en el campo si, ¿verdad? -. Ataca.

- ¿Ya terminaste? La maestra no tardará en llegar -. Explica hablando por lo bajo.

- ¡La maestra me importa un carajo! -. Grita con mayor fuerza provocando abucheos de todos los demás alumnos.

- Buenos días, señorita Edison -. Le sorprende una voz conocida.

- Buenos días, profesora -. Saluda con la cabeza gacha, recordando las palabras antes dichas.

- Creo que me debe una buena explicación. ¿Cómo está eso de que le importo un carajo? -. Suena calmada pero en el fondo, quiere sacar humo por las orejas.

- Yo no quise decir eso -. Susurra mirándose los pies.

- Pero fue lo que escuché. Entonces también creo que su calificación de química le importa un carajo, ¿no es así? -. Amenaza acechándola con la mirada.

- Si, maestra. Mi calificación lo es todo -. Responde haciendo un pequeño esfuerzo en enderezar su rostro.

- Hablaremos de su sentencia al terminar las clases. Al parecer su hermano también está metido en problemas -. Dice mientras toma asiento en su escritorio.

Comencemos desde ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora