Capítulo 8: Una cita con Rian

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Rian no paraba de hablar y esto desesperaba aún más a Stephanie, podría hasta decirse que quería arrancarse su hermosa coleta alta sólo para que el chico a su lado se callará.

- Entonces mi tío Billy dijo algo gracioso cuando... -. Y continuaba.

La castaña ya no podía esperar para que su cita acabará, miró el reloj que había en la heladería: 5:17 p.m. ¡Apenas hace 18 minutos que todo había comenzado! Lloró mentalmente.

- y mi perro murió de artritis dejándonos a su hijo huérfano, ¿que me dices de ti? -. Inquiera al ver el rostro despreocupado de la chica.

- ¿Disculpa? -. Pregunta desconcentrada, no se preocupaba ni en lo más mínimo en el joven, no tan apuesto, frente a ella.

- Quiero que me cuentes sobre ti, todo sobre ti -. Esto último lo dice lentamente dándole a entender a lo que se refiere realmente.

- Me llegó la menstruación a los 13 -. Habla rápida y seria.

- ¿Podrías omitir esas partes? -. Le mira con el ceño fruncido.

- ¿Porqué? -. Se ríe mentalmente.

- Incómoda. En serio -. Dirige su mirada hacía otro lado perturbado por la situación.

- Pues no hay nada que decir, tengo 15 años, nací en Febrero, mi color favorito es el amarillo -. No pretendía decir nada más.

- ¿Amarillo? ¿Porqué? -. Cuestionó al instante.

- Es un color hermoso -. No estaba dispuesta a dar más explicación que esa.

- Eso explica el porqué de tu helado de vainilla -. Habla sabio señalando el alimento.

- Su sabor también merece crédito -. Y diciendo esto lambe con gusto el helado que Rian le había invitado.

- Sigue hablando -. Le indicó.

- Mi música favorita es la clásica -. Sería sincera con cualquiera, incluyendo a Rian y omitiendo a Carl. 

- ¿Clásica? -.

- Piano, arpas, violines, ¿que acaso vives bajo una roca? -. No le sorprendía, no muchos conocían acerca de aquella música, que a su parecer, era hermosa.

- Claro que sé cuál es la música clásica sólo que se me hace imposible creer en que tú, Stephanie Williams, escuchase de esa. ¡Ni siquiera tiene letra! -. Exclama con soberbia.

- No desperdiciare mi valioso tiempo en decirte porqué escucho esa música, Rian -. Dijo mientras se levantaba para caminar y alejarse lo más posible del chico.

- Perdón, no quise molestarte -. Le sigue por detrás evitándole el paso.

- Pues lo hiciste -. Le ignora y miente para seguir andando hasta que logra cruzar la puerta de la heladería.

- ¿A donde vas? -. Grita quieto desde su posición.

- A casa -.

- Dejame acompañarte -. Vuelve a hablar.

- Nunca dije a cual casa -. Y con esto, Stephanie caminó sin rumbo fijo por las calles de la ciudad.

Pensó en su crueldad y se afirmó a si misma que había sido un desastre con Rian pero no regresaría, ya abría tiempo para disculpas mañana.

Visualizó a lo lejos, a una chica pelirroja trepada a un árbol que daba a la vista completa de una habitación varonil a través de una gran ventana.

- ¡¿Vecky?! -. Interrogo mientras se aproximaba a la pelirroja.

Esta casi se cae ante el reciente susto pero logra sostenerse de una rama bendita que se encontraba en el árbol.

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