II

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Jungkook siente su boca salivar, su olfato se agudiza aún más, pero sacude levemente la cabeza.

— Taehyung, ¿Qué pasa?— Pregunta, tratando de disipar el deseo que emana de dentro de su ser.

Porque es un alfa, frente a un "omega" en celo y sus instintos lo llaman.

—Kookie, llévame a casa— Pide con la voz rota, su rostro febril lo hace ver tan bonito y Jungkook se lame inconscientemente el labio inferior.

Debe controlarse, lo sabe, no debe dejarse llevar, porque es su mejor amigo y se ve tan vulnerable.

El alfa mayor se abraza a su cuello, mientras encaja su nariz en su glándula de olor, Jungkook le pone las manos en las caderas, el aroma a miel le llena la nariz. La piel del mayor se siente caliente.

—Duele— Informa, olfateando al menor.

— Tranquilo...

—Hueles a omega, Jungkook, ¿por qué hueles a omega?— Jimin. El aroma es de Jimin, porque es el único omega que ha tenido cerca.

—Debo sacarte de aquí— No quiere pelear, primero necesita idear algo para llevarlo hasta el departamento que sus padres le han regalado cuando decidieron regresar a Busan, Jungkook se quedó en Seúl y sus padres decidieron vender la casa para comprarle a su hijo un departamento y ellos una pequeña casa en Busan.

Porque no puede llevarlo a casa del alfa, sus padres posiblemente huelan el aroma a omega de su hijo y quien sabe que terminaría pasando.

—No. Hueles a omega— Ve el enojo en los ojos de su amigo. Y no sabe que decirle, pero necesita sacar a Taehyung de aquí, porque esta facultad esta repleta de alfas.

—TaeTae, vamos a mi departamento— El mayor alza la vista, sus ojos se vuelven brillosos y aprieta la playera gris de Jungkook entre sus dedos.

Taehyung junta sus caderas, el menor puede sentir la erección del pelinegro frotarse contra su pene semi erecto, haciéndolo apretar sus manos en las caderas de su hyung y tensar su mandíbula.

—¿Vamos a estar solos? — Oh, la voz de Taehyung le desconecta los sentidos y si fuera un alfa más primitivo posiblemente lo estamparia contra la pared y lo tomaría ahí mismo.

—Tae...— Murmura, casi olvidándose de que están en una institución educativa.

Controlate, Jungkook. Esa es su parte humana pidiéndole un poco de cordura.

Pero la lengua de Taehyung lamiendo su cuello la silencia por completo.

—¿Sí, Kookie?— Vuelve a frotarse contra él, haciéndole temblar y cerrar sus ojos.

— Sí — Le responde con la voz gruesa.

Imposible que a estas alturas no se hayan dado un beso ya. Patético.

El menor, parpadeando un poco saca la chamarra que decidió llevar ese día, huele a él y posiblemente opaque un poco el olor a canela y miel de Taehyung.

Cosa en la que no se ha detenido a pensar mucho, porque esta muy caliente ahora mismo.

Salen del campus, Jungkook siente como los alfas giran a verlos, siendo atraídos por el aroma dulce del alfa que ahora lleva la chamarra del menor.

—Prestame las llaves de tu auto, hyung— Le pide cuando llegan hasta el estacionamiento de la universidad, pero el mayor esta aferrado al fuerte brazo del rubio, temblando con las mejillas sonrojadas y no parece querer soltarlo.

Taehyung lo mira con sus pupilas aún dilatadas.

El menor se gira, para buscar entre las bolsas delanteras del pantalón de su hyung, donde las encuentra, se acerca al auto de Taehyung, el cuál fue un regalo de sus padres por entrar a la universidad en una de las carreras con más demanda del país.

Evanescente •Omegaverse• [TaeKook/KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora