IX

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Jungkook sentía que Kim Taehyung comenzaba a desvanecerse, su espíritu no era el mismo e incluso su lobo no se dejaba sentir, temía que el mayor estuviera enfermo o que tuviera algún problema. Aunque estaba seguro de que así era.

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Papá dice que seré un alfa— Dijo el pequeño Taehyung mientras se balanceaba en aquel columpio.

Acompañado de Jungkook que lo empujaba detrás, los cabellos negros del mayor despeinandose, sintiendo el aire golpear su rostro y por un momento se sintió libre, una libertad que no tenía pero que el pequeño ser ansiaba.

—Estoy seguro de que así será, hyung—Respondió Jungkook feliz mientras ayudaba a su mejor amigo a llegar más alto, empujándolo con sus pequeñas manos pero siempre cuidando de que no cayera.

—En mi familia sólo hay alfas, Kookie —Contó.— ¿Y sí yo no soy uno?— Taehyung preguntó con temor, como prediciendo el futuro. Como si hubiera visto al Taehyung de dieciséis años, sin saberlo.

—Eso no es muy probable, no es nada probable — Se atrevió a decir, recordando lo que le habían explicado en su clase de biología sobre los rangos de cada lobo, que tenían que ver con la genética y Taehyung siendo hijo de dos alfas no había probabilidad de que fuera un omega ni un beta.

—No quiero decepcionar a papá ni a mamá—El columpio fue disminuyendo la velocidad, hasta que se detuvo por completo.

Taehyung sintió una punzada en su corazón. Algo no estaba bien dentro de él.

Y estaba seguro que nada tenía que ver con el maltrato emocional, ni los constantes regaños de su padre por no actuar como un alfa. Nada, claro que no. Ni la indiferencia de su madre.

Hyung, pero si no hay nada de malo en ti— Jungkook se puso frente a él, mirándolo a los ojos.

Taehyung entendió que los ojos de Jungkook eran lindos, los más brillantes y bonitos.

— Papá dice que no actúo como un alfa— Susurró, con su voz temblorosa, las palabras dichas por aquel alfa de olor a fuego repitiéndose en sus oídos.

—Es que eres pequeño aún.

Jungkook se sentó en el columpio al lado del de su hyung, mirando la expresión triste, que le encogió el corazón. Porque no soportaba ver a su otra mitad triste, incluso él podía sentir la tristeza del de cabellos negros en su interior.

—Tú eres más pequeño— Atacó Taehyung con una sonrisa en sus labios. Estar en compañía del menor era curativo.

—Te quiero mucho, Taehyung—El pequeño corazón del mayor sano un poco ese día, gracias a las palabras de amor que jamás había escuchado de sus padres. Siendo Jungkook el único que las recitaba para él. Y ojalá lo repitiera con más frecuencia como un mantra balsámico para su joven alma flagelada.

Y Taehyung se dio cuenta de que tal vez él no podría cuidar de Jungkook como lo había prometido años atrás.

—Yo más, Kookie— Sí el chico de cabellos negros sabía lo que era el amor, era gracias a aquel niño rubio.

Taehyung sonrie ante ese recuerdo, que no era suyo realmente, pero que esta en su mente como si lo hubiera vivido en carne propia, algo que le hubiera encantado.

Necesitaba el aroma de Jungkook ya, quería olvidar el laurel que le lastimaba la nariz, el fuego que lo consumía por dentro.

Toco la puerta del alfa de limón con ansiedad, deseando que Jungkook no lo hiciera esperar. Miro a los lados, con algo de temor a que DongYul lo hubiera seguido para llevarlo de regreso a su infierno personal.

Evanescente •Omegaverse• [TaeKook/KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora