Evanescente •Omegaverse• [TaeKook/KookV]

VII

Ese día Jungkook se comenzó a preguntar más cosas sobre cada persona que rodeaba a Taehyung.

Desde su nacimiento el pelinegro había sido un cachorro sano, sus padres lo habían visto como el futuro heredero de los logros de su padre DongYul y orgullo de la familia Kim. Un alfa fuerte y confiando, era lo que se habían encargado de criar todos estos años, estaban seguros del rango que adquiría su hijo con el pasar del tiempo, cuando llegara el momento de presentarse.

Y el propio Taehyung se decepciono de si mismo al no obtener ese aroma a fuego que caracterizaba a los alfas varones de su linaje, pero que detestaba inconscientemente, sin embargo era un aroma que siempre acompañaba a cada alfa Kim.

Pero ahí estaba Taehyung, con su fragancia a pomelo y sándalo, con piscas dulces de miel y canela, siendo a veces confundido, porque muchos de sus compañeros alfas en la universidad pensaban que era el aroma de un omega con el que el pelinegro estaba saliendo.

Taehyung suspiro sintiéndose abrumado, porque no había regresado a su hogar, no quería ver a su padre, no deseaba estar con nadie de su familia, quería esa esencia de fuego lejos de su nariz.

Vio a Jungkook despedirse de Jimin, un omega atractivo y delicado, excelente bailarín, con un delicioso aroma a rosas.

No pudo evitar sentir un alivió recorrerle al sentir a su lobo y a Taehyung dormidos y tranquilos, todo estaba bien, Jungkook estaría bien, Taehyung estaría bien.

Aunque se siente un poco culpable por robarle su primer beso al alfa, cuando debía tenerlo con Taehyung.

—Te dije que no me gusta que estes con omegas— Recrimina, porque Jungkook debe entender que eso puede lastimar a Taehyung.

—Taehyung— Lo escucha suspirar. Sabe que se ha estado comportando algo posesivo con el alfa, pero su deber es cuidar al lobo en su interior, quien le preocupa porque ya estaba bastante enfermo.

—Sólo cuido lo que es mío— Responde plantandole un beso suave en los labios del rubio.

No pudo evitar enamorarse de ese alfa en el momento en que lo conoció, cuando fue creado su único objetivo era cuidar del miedoso lobito que estaba dentro de él y en cuanto llegó ese chico no pudo evitar mirar sus enormes ojos y encontrar un refugio, un lugar seguro.

Lo recordaba de la infancia, recordaba cada gesto, cada risa, cada sonrisa de conejo pero tenerlo frente a él fue una experiencia totalmente diferente.

—Antes te agradaba Jimin, ayer hablaste con él— Sí, es que a Taehyung le cae bien, para él no hay persona mala en el mundo. Tal vez sólo los alfas de su facultad.

Ni siquiera sus padres con sus cometarios hirientes, ni los alfas de su familia quejándose de su aroma dulzón.

Escoria...

Pero él sí sabe lo que pueden llegar a hacer las personas, incluso un amigo como considera a Jimin puede ser perjudicial, más tratándose de omegas... no le agradan los omegas.

—Sólo soy cortés—Murmura caminando al lado de Jungkook para salir de la universidad.

Ayer, después del "incidente" cuando le dijeron a Taehyung que tenía que casarse con SunHye, su lobo estaba inconsolable y fue un alivio cuando el alfa rubio llegó como un príncipe para rescatarlo, lastimosamente tuvo que llegar el otro alfa con olor a fuego, él tuvo que sustituir al débil lobo, dejandolos dormir a ambos para protegerlos y proteger a Jungkook.

Ahora Taehyung tenía que descansar y dormir, unos días solamente, después podría regresar, ¿es qué acaso no podían esperar a qué estuviera él para darle aquella noticia?